Más dadas son a crear que a aplicarse
las inteligencias de tierra americana…
Se
cumplen 159 años del nacimiento de José Martí. En Colombia, su
pensamiento y obra permanecen desconocidos. De todas las facetas que
labró en su breve y luminosa vida, hay una que tiene especial
significado en estos tiempos de drásticas variaciones que estremecen al
mundo. Se trata de la dimensión educadora del apóstol. En nuestra
esquina subcontinental, esta faceta tiene un significado más relevante
por ser un territorio en el que se ha ensañado lo peor del imperio de
las malas ideas, el poder que ha conducido el acontecer global hasta la
descomunal crisis en que nos encontramos.
Las sendas catastróficas
que hoy arrojan a la humanidad al vórtice en el que nos hallamos fueron
vislumbradas por su portentosa visión que atravesaba el tiempo captando
esencias y devenires: En la medula, en la médula esta el vicio,
en que la vida no va teniendo en esta tierra más objeto que el
amontonamiento de la fortuna… Dijo sobre unos Estados Unidos que
apenas se erigían como la potencia hemisférica que antecedería al
imperio mundial de fines del siglo XX.
Los acontecimientos
continentales y globales han discurrido de tal forma, que su labor
educadora, con la palabra y la acción, encuentra hoy una asombrosa
vigencia. Sucede así con quienes ven muy hondo y de un golpe de vista.
Expresan ideas y encarnan valores cuyo significado vital solo puede ser
captado cuando el caudal de los sucesos por sí mismo revela la tremenda
justeza de lo que han enunciado. Martí encarno el genio creador y la
humildad que se aplica con infinita paciencia y amor sin tregua a la
puesta en obra de lo creado.
Bastaría tener presente los
significados de la revolución ética a la que consagro su parábola vital ,
su fiera insistencia en evitar el contagio de los valores pervertores
engendrados en un materialismo tan enceguecedor , como romo , y
triunfantes en el imperio de Hércules y Mammon , su vindicación de
nuestras culturas nativas y las potencias curativas de la naturaleza , o
la ofrenda de su vida para suscribir con la acción el resplandor de su
palabra , bastaría tener presente estas facetas , decimos, para
comprender que sus hechos y su obra encierran luces vitales para
revolucionar desde los cimientos la educación en nuestros tiempos. Una
educación que teniendo que parir seres con libertad fundamental -
capaces por tanto de labrar la soberanía de la comunidad -, ha sido
reducida a la condición servil de apisonar y domesticar conciencias , y
reproducir las lacras de las dos improntas coloniales fabricando egos ,
ignorancias y soberbias que arrasan la tierra y las comunidades.
Un
estado de cosas no se revoluciona con un proyecto de Ley. Esto no
significa que la ley carezca de valor en un proceso de transformación de
raíz de lo que exige ser mutado. Pero vana ilusión sería considerar que
cambiando las leyes, se cambia el orden existente. En diversos puntos
de Nuestra América, al igual que en diversos lugares del mundo, los
jóvenes se levantan frente a un sistema que les niega la vida y destruye
la tierra. El orden educativo funcional a la dinámica que excluye y
devasta, dicen con plena razón, debe ser demolido. En su lugar claman
por una educación pública de calidad en la que el dinero no sea
condición de ingreso o exclusión.
Con relación al sentido de la educación en Nuestra América Martí señalo : un
pueblo no es una masa de criaturas miserables y regidas : no tiene el
derecho de ser respetado hasta que no tenga la conciencia de ser
regente: edúquense en los hombres los conceptos de independencia y
propia dignidad…Un pueblo no es independiente cuando ha sacudido las
cadenas de sus amos; empieza a serlo cuando se ha arrancado de su ser
los vicios de la vencida esclavitud , y para patria y vivir nuevos ,
alza e informa conceptos de vida radicalmente opuestos a la costumbre de
servilismo pasado, a las memorias de debilidad y de lisonja que las
dominaciones despóticas usan como elementos de dominio sobre los pueblos
esclavos…Las repúblicas se hacen de hombres : ser hombre es en la
tierra dificilísima y pocas veces lograda carrera.
Martí
señalo sin ambages el peso aniquilador de la educación instruccional
desligada de la preparación para la vida, de la educación con olor a
incienso que sepulta todo brío mental y toda ansia de ciencia del
espíritu, de la educación que divide al mundo entre las castas de los
potentados y la marea de los desposeídos, de la educación que soslaya
las raíces, corta las alas e instaura el reino de las garras y las
pezuñas. Reivindicó en cambio la potencia del libro junto al arado, y la
dignidad suprema del oficio de la luz, cuando se ejerce bajo el signo
del amor sin tregua.
Hay educadores que pueden encaminar el rumbo de una vida con una palabra justa en el momento exacto.