martes, 20 de octubre de 2015

Académico de Harvard desmenuza la cultura empresarial chilena que frena el crecimiento.

RICARDO HAUSMANN, DIRECTOR DEL CENTRO PARA EL DESARROLLO INTERNACIONAL, UNIVERSIDAD DE HARVARD
Para este influyente economista Chile tiene un grave problema de crecimiento que no proviene de la incertidumbre frente a las reformas laboral o tributaria, sino de una cultura empresarial “extremadamente cerrada”; una suerte de club de quienes se educaron en “tres o cuatro colegios, dos o tres universidades y con los mismos apellidos”, que no se abre a la innovación y donde extranjeros y chilenos talentosos con otro origen son excluidos. En esta entrevista, Hausmann desmenuza esa cultura, sugiere vías y descarta que el actual énfasis en la educación vaya a resolver nuestros problemas de crecimiento.
Uno de los pocos acuerdos que tenemos hoy en Chile es que la educación (ya sea gratuita o pagada) es la llave que nos permitirá dar un salto en el desarrollo. La idea resulta tan evidente que no requiere grandes argumentaciones: una población mejor preparada será capaz de competir de mejor manera en lo que se llama la sociedad del conocimiento. Y si cabe alguna duda, basta ver que los países que mejor desempeño tienen en pruebas internacionales de lenguaje o matemáticas, como Pisa o Timss, están entre las economías avanzadas. Por ejemplo, Corea, Finlandia, Taiwán, China, Suecia, etc.
Ricardo Hausmann, economista venezolano, director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, cree que estamos profundamente equivocados en ese análisis. Sus argumentos están expuestos en una columna que escribió hace un par de meses y que se apoya en una influyente investigación del economista del Banco Mundial, Lant Pritchett, publicada en 2001. Pritchett sugirió, tras estudiar el comportamiento de las economías en desarrollo, que no había asociación entre el aumento de la educación y el crecimiento y tituló su artículo “¿Dónde se fue la educación?”, evidenciando sorpresa por los datos obtenidos. Desde entonces, la poca relación que hay entre ambas variables ha encontrado nuevas evidencias, por lo que Hausmann titula su columna sin ambages: “El mito de la educación”.
Hausmann cita como ejemplo el caso de China, que en 1960 tenía un nivel de educación mucho más bajo que Túnez, México, Kenia o Irán y, sin embargo, logró crecer a tasas mucho más altas que ellos. A China se pueden agregar Taiwán y Corea, citados por el economista de Cambridge, Ha-Joon Chang, en su libro súper ventas “23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo”.
Ha-Joon Chang muestra que en 1960 Taiwán tenía un 54% de alfabetización y Corea un 71%, mientras que Argentina los superaba con un 91%. Pese a esa posición desventajosa, ambas naciones asiáticas comenzaron a crecer, mientras que el mejor nivel educacional de Argentina no le permitió seguir entre los más ricos del mundo, posición que ostentaba entonces. Taiwán pasó de un PIB per cápita de U$122 en 1960, a U$22.000 en 2015, según el Banco Mundial. Y Corea pasó de un PIB per cápita de U$82 a sus actuales U$28.000. Argentina, en tanto, se quedó atrás subiendo de U$378 a sus actuales U$ 13.000, el mismo nivel de Chile.
A partir de esos datos, Chang sugiere que no es la educación la que empuja a los países a crecer, sino que es el hecho de haber crecido el que permite tener suficientes recursos para ofrecer mejor educación a sus ciudadanos. O como lo plantea Hausmann en una entrevista reciente: “el aparato productivo puede tirar de la educación, pero la educación no puede empujar al aparato productivo… gigantescos aumentos de esfuerzo en educación han tenido muy pequeños efectos en crecimiento y muchos de los países que más crecieron no se destacan como países que hayan invertido de manera especial en educación”. Por ello, insiste en su columna: “Necesitamos una estrategia de crecimiento que nos haga más productivos, y así podamos generar los recursos necesarios para invertir más en la educación de la próxima generación”.
De todo esto no se debe concluir que Chang o Hausmann piensen que, dado que la educación no parece generar riqueza, hay que dejar de promoverla. Ambos estiman que la educación tiene un valor en sí misma, y que debe potenciarse por distintos motivos, entre los que está la libertad que produce en las personas o la forma en que el pensamiento crítico e informado beneficia a la democracia. Lo que sí sugieren es que la educación no es tan efectiva como queremos creer para resolver el problema de pobreza material. Es decir, que educación y prosperidad son asuntos distintos, o vinculados de una manera más sutil, por lo que la defensa de la educación no puede contar con la argumentación económica y la promoción del crecimiento no se puede fundar en la educación.
Pero si no es a través de la educación, ¿cómo se empuja el crecimiento? La pregunta es especialmente elusiva. Ambos economistas sugieren de partida que no se requiere tener una población extremadamente bien educada para que el país sea muy productivo. “En muchos tipos de trabajo lo que importa es tener una inteligencia normal, disciplina y organización, más que conocimientos especializados que además se aprenden en el trabajo… la clave no es la educación, sino cuán bien los ciudadanos están organizados en entidades colectivas con alta productividad”, argumenta Chang.
“Me sorprende lo bajísima que es la inversión en investigación y desarrollo de las empresas chilenas a pesar de contar con el FUT. Eso no es un problema de estímulos, sino de cultura empresarial”. Hausmann apunta en el mismo sentido: “La producción moderna requiere de conocimientos que no caben en la cabeza de una sola persona”, por lo que es en esencia un asunto organizacional. Comparando la producción con la música, Hausmann sugiere que los países pobres usan pocos instrumentos para tocar melodías muy simples y los países ricos usan más recursos y talentos para interpretar sinfonías. Esa complejidad ocurre, en gran medida, al interior de las empresas.
“La mayoría de las habilidades que posee una fuerza laboral, las adquiere en el propio trabajo. Lo que una sociedad sabe hacer, se sabe principalmente dentro de sus empresas, no en sus escuelas”, dice Hausmann. Chang apunta que eso vale para todos los trabajadores, incluso para quienes se han graduado de las universidades, cuyo valor de mercado no está en lo que saben específicamente, sino en que su título, cuando proviene de una institución exigente, le dice a su empleador que se trata de alguien lo suficientemente listo, organizado y metódico para aprender cosas complejas y que, por lo tanto, puede aprender el negocio de esa empresa.
Dado este rol central de la empresa, cuando se habla de crecimiento, Hausmann centra su análisis en cuánta innovación integran en sus procesos productivos y cómo esta innovación se expande dentro de la economía. Justamente es ahí donde Hausmann ubica la principal razón del bajo crecimiento de Chile: en la incapacidad de las empresas de abrirse a nuevos negocios y en la incapacidad de la sociedad de crear las condiciones para que los empleados se independicen y emprendan.
-Para los empresarios y la oposición el problema del crecimiento en Chile se debe a la incertidumbre que sienten los empresarios por las reformas que se están llevando adelante. ¿Está de acuerdo?
La razón de fondo por la que Chile no crece es porque no hay industrias competitivas con las cuales pueda crecer. El problema de Chile es que el precio del cobre cayó y la economía no tiene otra cosa que la jale. Y las cosas que no son cobre son los mismos arándanos que ya tienen 30 años. El empresario chileno no sabe, no tiene el know how, está formado por los mismos pocos jugadores que tratan de hacer las mismas cosas. Yo siempre he pensado que lo que Chile está enfrentando es un problema de crecimiento de largo plazo que estuvo escondido por el boom de las materias primas y por el terremoto, que hizo que el gobierno de Sebastián Piñera gastara una fortuna en construcción. Ese gobierno se llenó la boca diciendo que la economía estaba creciendo, pero mucho de eso estaba multiplicado por los gastos de reconstrucción. Insisto: Chile tiene un problema de crecimiento y no de reparto. Y por eso la agenda de la Presidenta Bachelet, en mi opinión, se quedó fuera del tiempo.
“La mayoría de las nuevas empresas las crean personas de entre 35 y 45 años que llevan 20 años de experiencia laboral en una empresa exitosa y que deciden independizarse”.
Al error en la mirada del Estado, Hausmann suma otro factor que le parece aún más importante en Chile, país que define como “laissez-faire en extremis”, donde la injerencia pública es muy reducida. La causa de la incapacidad de innovar, dice Hausmann, es la cultura empresarial que él describe como “extremadamente cerrada”. Los empresarios chilenos, enumera, “vienen de los mismos 3 ó 4 colegios, de dos universidades, de los mismos apellidos” y tienen dificultades para relacionarse con los que no pertenecen a su mundo. Esta característica, enfatiza el economista, hace que Chile sea un país que “no da oportunidad de movilidad a su propia gente y no se beneficia del talento que existe en el resto de los países”.
Hausmann se sorprende, por ejemplo, con la falta de empresarios extranjeros en Chile:
-En Estados Unidos, el porcentaje de inmigrantes entre los emprendedores es altísimo; este país no podría ser lo que es si se basara solo en el talento de la gente nacida en su territorio. Por dar dos ejemplos, la mayor parte de los que crearon Silicon Valley o la Ruta 128 en Boston (otro pujante centro tecnológico) son extranjeros. Chile, en cambio, no se ha beneficiado de la inmigración de talentos y eso es para mí un plomo en el ala a las posibilidades de diversificación. Aquí en Harvard yo he estado haciendo con mis colegas estudios que muestran que las tecnologías se difunden cuando las personas con el conocimiento se mueven de un país a otro. Cuando se observa los bajos niveles de investigación que tiene Chile, uno se da cuenta de que está entrando poca tecnología por esa vía. Por eso Chile hace tan pocas cosas y, por eso, a pesar de ser un país que hace dos siglos es productor de minería, depende de manera fundamental de la inversión extranjera en esa área y no tiene empresas multinacionales, salvo el caso relativamente modesto de Antofagasta Minerals. Eso muestra una sociedad que no se toma en serio la inversión en tecnología, la inversión en know how, en capacidades, en cambiar la forma de hacer las cosas.
“Me parece que de las ideas más peligrosas es aquella de que la empresa hay que manejarla para beneficio de sus accionistas. Es una idea que impulsó mucho Milton Friedman, que fue profesor de gente muy importante en Chile”.
En ese sentido a Hausmann le llama mucho la atención lo que ha ocurrido con el FUT, una política por inversión que permite posponer el pago de impuestos a las empresas que invierten. Según investigaciones del ex director del Servicio de Impuestos Internos, Michel Jorratt, la mayor parte del FUT termina en sociedades de inversión y se usa en la compra de instrumentos financieros; también se afirma que otra parte se utiliza para comprar activos fuera de Chile.
-¿Es igualmente positivo para Chile que los impuestos pospuestos se gasten en acciones o en depósitos en Islas Caimán y no en maquinaria o investigación?
-Para mí un primer criterio es que como mínimo los empresarios invirtieran el FUT en formación bruta de capital fijo (maquinarias o edificios), o en investigación y desarrollo. La inversión financiera no tiene tanto sentido, porque si se hace afuera, es inversión fija en otro país.
-¿Es como llevar la riqueza afuera?
-Claro. Entonces, la idea que le da legitimidad al FUT es que el gobierno diga: “yo no te voy a cobrar impuestos siempre que inviertas en tu empresa en formación bruta de capital fijo o en investigación y desarrollo”. El gobierno puede cobrar los impuestos hoy o mañana, pero preferirá cobrar mañana si es que cobra más. Y si la empresa se vuelve más productiva y rentable en el futuro, el gobierno va a participar de esa mayor utilidad. Por eso, en la mayoría de los países de la OECD el tratamiento tributario de la investigación y el desarrollo es más generoso, porque tiene externalidades, genera ciertos bienes públicos, etc. A mí me sorprende lo bajísima que es la inversión en investigación y desarrollo de las empresas chilenas, a pesar de contar con este tratamiento fiscal especial que es el FUT. Eso no es un problema de estímulos, sino de cultura empresarial.
DE DÓNDE SALEN LAS NUEVAS EMPRESAS
Otro gran daño que produce la cerrada cultura empresarial chilena, dice Ricardo Hausmann, es que excluye a los chilenos talentosos que no se formaron en los mismos espacios de la elite. Argumenta que en el Chile actual siguen siendo válidos los hallazgos de los economistas Javier Núñez y Roberto Gutiérrez que en 2004 mostraron como el apellido pesaba más que el rendimiento académico en el ingreso de un profesional.
“A mí me gustaría exigir a las empresas chilenas que, para obtener el respaldo de la sociedad a la que pertenecen, informen cuántos empleos crearon, cuántos impuestos pagaron, cuántas divisas generaron y sobre todo, cuántas empresas fueron creadas por trabajadores que se formaron en esa empresa”.
Decía ese estudio: “Un estudiante de mediocre desempeño académico proveniente de una comuna y colegio de origen socioeconómico alto y dotado de una ascendencia de origen socioeconómico superior, tendrá un ingreso estadísticamente mayor que un estudiante de alto rendimiento académico proveniente de una comuna pobre y colegio público, sin ascendencia vinculada al estrato socioeconómico alto […] Además, el empleado hipotético de peor desempeño académico, formado en un ambiente privilegiado, tiene una probabilidad de ganar estadísticamente más que una amplia variedad de estudiantes de excelencia formados en ambientes socioeconómicos promedio. Este ejercicio da cuenta claramente de que el origen socioeconómico es relativamente más importante que el desempeño académico en la determinación de salarios en el mercado laboral.”
-En Chile hay completa libertad de invertir y existen muy pocas regulaciones. ¿Cómo opera esa cultura empresarial para excluir a los que no son del club?
-En primer lugar, hay un asunto regulatorio de tipo cultural. Esto tiene que ver con quién vas a invertir, a quién estás dispuesto a abrirle puertas, a quién vas a darle créditos, a quién vas a invitar a cenar. Es un asunto de relaciones en la sociedad. Porque un emprendedor tiene que juntar una red de gente dentro de su empresa y también afuera que lo apoye, y tener capacidad de acceder al mercado financiero. Si a los que vienen de afuera, por ejemplo, no les abren las puertas, ellos no pueden hacer mucho. El problema en Chile no son las barreras que crea el gobierno, el problema son las oportunidades que se crean en la interacción en la sociedad.
La creación de nuevas empresas se ve afectada por esta cultura que describe Hausmann, quien explica que la mayoría de las personas cree erróneamente que las nuevas empresas las forman jóvenes informáticos en el garaje de la casa:
-Eso existe, pero es una parte pequeña de la economía. La mayoría de las nuevas empresas las crean personas de entre 35 y 45 años que llevan 20 años de experiencia laboral en una empresa exitosa y que deciden independizarse. Es decir, las empresas del futuro que Chile necesita van a ser creadas por señores que hoy son empleados en las empresas exitosas.
“La mayoría de las habilidades que posee una fuerza laboral, las adquiere en el propio trabajo. Lo que una sociedad sabe hacer, se sabe principalmente dentro de sus empresas, no en sus escuelas”
El punto es que si esas personas no tienen el apoyo para emprender, no darán el salto y las empresas que necesitamos para crecer, no serán creadas. Eso es lo que Hausmann cree que ha estado pasando en Chile:
-El nacimiento de nuevas empresas es un acto de grandísimo riesgo. Y si la sociedad no está organizada para minimizar la mortalidad de empresas en sus primeros momentos, la gente se arriesgará menos y eso se traducirá en una sociedad relativamente poco dinámica en su creatividad.
Esta mirada plantea algo paradójico: el apoyo que esos nuevos emprendimientos necesitan está en las compañías de hoy, que pueden ser sus eventuales competidoras. Y es ahí donde el economista Ricardo Hausmann se pregunta, por ejemplo, cómo reacciona el empresario chileno cuando un empleado le dice que va a formar su propia empresa:
-Hay dos opciones, una es que le diga “te entiendo, me parece magnífico, cuenta con mi apoyo, dime en qué te puedo ayudar, y si fracasas, esta será tu casa”. La otra es, decirle: “no me hagas eso, si quieres te subo el sueldo, pero si te vas no me vuelvas a dirigir la palabra y si vas a competir conmigo, te mato”. Esa es una diferencia cultural fundamental.
Las diferentes actitudes marcan para Hausmann una frontera. A un lado están las empresas para lo cual lo único y más importante es la rentabilidad inmediata; al otro, empresas que quieren liderar cambios en su comunidad:
-Me parece que de las ideas más peligrosas es aquella de que la empresa hay que manejarla para beneficio de sus accionistas. Es una idea que impulsó mucho Milton Friedman, que fue profesor de gente muy importante en Chile, pero una mirada muy centrada en el retorno a los accionistas no genera las relaciones de confianza que son necesarias para administrar organizaciones complejas. Una organización necesita la buena voluntad de sus trabajadores, de sus vecinos, de sus proveedores, de sus financistas, de sus clientes, y hay que lograr que todos estos actores se sientan comprometidos con la organización. Pienso que la buena voluntad que la sociedad chilena sienta hacia la empresa chilena depende un poco de la construcción de esa buena voluntad por parte del sector empresarial. No se va a ganar la confianza de todos estos actores si la empresa dice: me interesa tres pepinos la comunidad, porque solo tengo que rendir cuentas a mis accionistas. Es una estrategia muy contraproducente.
-¿Por qué esa cultura empresarial podría querer moverse hacia un tipo de desarrollo distinto? Pareciera que la realidad actual, con inversión en materias primas, sin innovación, sin mucha competencia, es una situación que les es muy cómoda.
-Las empresas cambian por las exigencias de su entorno. A mí me gustaría exigir a las empresas chilenas que, para obtener el respaldo de la sociedad a la que pertenecen, informen no solo cuánto dinero regalaron a través de la responsabilidad social empresarial a una escuela determinada, lo que está muy bien aunque típicamente se gasta más plata en publicitar las cosas que hacen. Me parece más importante que digan cuántos empleos crearon, cuántos impuestos pagaron, cuántas divisas generaron y, sobre todo, cuántas empresas fueron creadas por trabajadores que se formaron en esa empresa. Me gustaría ver un sector privado chileno que se preocupe de que haya más empresas exitosas y que se muestre dispuesto a ayudar a las personas que han formado dentro de su organización, para que sean el semillero de futuras empresas exitosas.

8 películas imprescindibles para los amantes de las matemáticas

19 de octubre de 2015 Las mejores películas de matemáticas | Fuente: Universia
Las matemáticas están fuertemente vinculadas al ser humano y su evolución. Por eso, no sorprende que a lo largo de la historia múltiples películas con los números como protagonistas hayan colmado las salas de cine. En este artículo te ofrecemos una selección de las más interesantes:
The imitation game
La película narra cómo el matemático británico Alan Turing entra en la historia tras conseguir descifrar los secretos de Enigma, la máquina utilizada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) para enviar mensajes cifrados. Años más tarde, en la década de los 50, Turing fue acusado y juzgado por su condición de homosexual, situación que le llevó al suicidio con tan solo 42 años.
Si te gustan las Matemáticas, entra en el Portal de Estudios de Universia
21 Blackjack
Conoce la historia de cómo un grupo de jóvenes se hace rico jugando a las cartas en los mejores casinos del mundo. Todo empieza cuando Ben Campbell, un brillante estudiante estadounidense, es fichado por su profesor de matemáticas para formar parte de un selecto club en el que los miembros ganan fortunas jugando al BlackJack utilizando un método bastante polémico.
La teoría del todo
El genio de la astrofísica Stephen Hawking es la figura protagonista alrededor del que se desarrolla todo el argumento. El film muestra la vida de afamado científico y su primera mujer, Jane, desde sus años en la Universidad de Cambridge hasta el divorcio. Además de las implicaciones emocionales que conlleva la lucha contra la enfermedad degenerativa de Hawking, la película hace repaso de algunas de las teorías que lo hicieron célebre.
Los crímenes de Oxford
El español Alex de la Iglesia dirige este film basado en el libro ´Crímenes imperceptibles, del argentino Guillermo Martínez. La película se centra en dos personas, profesor y alumno, que deben encontrar la solución a diversos planteamientos de lógica para resolver una serie de crímenes.
Una mente maravillosa
El ganador del Premio Nobel de Economía John Nash, consiguió importantes avances matemáticos por los que fue reclutado por los Estados Unidos para aportar su inteligencia a favor el país en la Guerra Fría. La esquizofrenia, fuerte enfermedad que padecía, no le impidió convertirse en personaje de película gracias a Una mente maravillosa.
La habitación de Fermat
Cuatro matemáticos que no se conocen entre sí reciben una misteriosa invitación para resolver un enigma pero al poco de reunirse en el lugar convenido descubren que están encerrados en una sala que empieza a estrecharse. Para no morir emparedarlos tendrán que descubrir qué tienen en común y por qué intentan matarlos.
El indomable Will Hunting
Will es un joven increíblemente inteligente pero algo rebelde que se siente perdido al descubrir su talento con las matemáticas. La difícil decisión entre elegir una vida normal o apostar por sus cualidades, es el leitmotiv de la película en la que un original profesor, encarnado por Robin Williams, le ayudará a tomar una determinación.
La ecuación preferida del profesor
Esta interesante obra relata la historia de una mujer que empieza a trabajar en casa de un profesor de matemáticas que tiene limitada su memoria a 80 minutos después de sufrir un accidente de tráfico.

Lagos se sube al carro de la nueva Constitución y dice que la actual " está impregnada por una visión neoliberal que obliga a tener un Estado Subsidiario"

FOTO: Francisco Papas Fritas
Piñera descarta cambio constitucional y se alinea con sectores más conservadores
Lagos se sube al carro de la nueva Constitución y dice que la actual "
está impregnada por una visión neoliberal que obliga a tener un Estado Subsidiario"
Los ex presidentes, Frei, Lagos y Piñera se reunieron con la Mandataria Bachelet para discutir respecto al proceso constituyente dado a conocer la semana pasada. El ex Presidente Frei señaló su oposición a la utilización de la Asamblea Constituyente como mecanismo para la Nueva Carta Fundamental, en tanto que Piñera indicó que le solicitará a Chile Vamos que presente una propuesta de reforma constitucional. 
Eduardo Frei señaló que "creo que nadie en Chile está en contra de un proceso de reforma Constitucional",al tiempo que agregó que "es interesante la fórmula planteada, en cuanto a que es un procedimiento que escucha a la gente". Además recalcó la importancia del "proceso de educación cívica" y señaló que "sea un proceso dentro de la institucionalidad me parece fundamental".
El ex Presidente aseguró que "estamos dispuestos a colaborar. Esta Constitución es una camisa de fuerza que no sirve para el día de hoy". Asimismo, explicó que entregó una propuesta para que sea parte de la discusión, la que plantea una mayor estabilidad entre el Poder Ejecutivo y Legislativo, se enfoca en la descentralización del país y la seguridad nacional.
Además, detalló que "la campaña del 2017 va a ser una campaña en la que nuevamente vamos a discutir a este tema" y enfatizó en que "no soy partidario de la Asamblea Constituyente, porque hay un ejemplo internacional que ha sido negativo, se convierte en un instrumento suprainstitucional".
Por su parte, Ricardo Lagos hizo un recorrido por los cambios que ha tenido la actual Constitución y señaló que esta es "la Constitución que utilizamos para derrotar a Pinochet", agregó que "la Constitución del 2005 fue un paso adelante, para recuperar la dignidad de Chile", la que permitió que los altos mandos militares dependan de la Presidencia de la República.
Para el ex Presidente Lagos el actual cambio constitucional significa "actualizar, poner al día la Constitución que pasó el test de la democracia del 2005". "Pero que está impregnada por una visión neoliberal que obliga al establecimiento del Estado Subsidiario", agregó.
También señaló que "lo que yo demandaría de la nueva Constitución, junto con discutir contenido, sin prejuicio del mecanismos", es que no haya un sesgo ideológico. "Así como no me gusta una Carta (Magna) ideológicamente sesgada –refiriéndose a la actual Constitución–, me parece que tampoco debemos tener una Constitución ideológicamente sesgada en el otro sentido".
También se refirió al concepto de la "hoja en blanco", e indicó que esto no significa que se "parte en cero", sino que "quiero tener una situación de igualdad de condiciones, si no hay acuerdo en lo que queremos cambiar, rige lo de hoy", "todos los chilenos tenemos que concordar un cuerpo constitucional (...) esperaría que en este debate ciudadano haya claridad en la opinión publica de lo que es una Carta Constitucional".
Finalmente, Sebastián Piñera fue enfático en manifestar que "hay que perfeccionar y no desmantelar la Constitución que hoy tenemos" e indicó que se necesita un cambio constitucional con "aprobación del Congreso y con un plebiscito ciudadano pueda constituirse en un marco que nos dé estabilidad y certezas".  De esta forma marcó una clara definición de apoyo hacia el discurso que han construido los sectores más conservadores de la derecha, como por ejemplo la oposición de la UDI frente al proceso constituyente que propuso la Mandataria. "Pensar en una nueva Constitución nos parece inconveniente y grave (...). En un momento de tensión y de crispación política Chile requiere de estabilidad institucional", dijo el presidente del gremialismo, Hernán Larraín, la semana pasada, tras una reunión con el ministro Burgos.
Así, Piñera se distancia de sectores más centrales de la derecha, como Evópoli, hasta de RN, que no cerró la puerta al cambio constitucional y esta semana se reunirá con la Democracia Cristiana para discutir el tema. Además, Piñera recalcó que tras el cambio constitucional de 2005, el ex Presidente Lagos llegó a "afirmar que por fin teníamos una nueva Constitución y democrática".
Según el ex Jefe de Estado, "la propuesta que ha hecho el gobierno ha abierto un largo e incierto proceso de Constitución", el que va a coincidir con las elecciones municipales y parlamentarias.  De acuerdo al ex Presidente, la propuesta del gobierno "no aporta ningún contenido" y solo genera más desconfianza, más incertidumbre e inestabilidad, para Piñera el proceso de reforma "va a agravar el estancamiento que afecta hoy en día a la economía chilena"
El ex Mandatario dijo en dos ocasiones que propondría a "Vamos Chile" –en vez de "Chile Vamos"–, el nuevo conglomerado de la derecha, que genere su propio proyecto de reforma constitucional, que este sea enviado al Congreso y posteriormente, si es aprobado, se llame a consulta nacional.
"Estoy convencido de que lo que quiere Chile hoy es confianza, estabilidad y certeza (...) para volver a poner a poner a Chile en la senda del progreso", aseguró.

La mujer que no lloró.

La mujer que no lloró. Por Carlos Rozanski, juez federal.
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Desde la Antigüedad, las mujeres fueron violentadas mientras que los niños han sido considerados objetos y cometido contra ellos toda clase de atropellos. Se les han negado los derechos más elementales y sobre todo, se ha descalificado cualquier alusión que señale al varón “padre de familia” como autor de malos tratos y abusos sexuales tanto respecto de sus hijos, como de su esposa. La Justicia, como ha sucedido también desde siempre, en muchos casos ha acompañado esa dogmática, sobre todo por la identificación de sus componentes con los rígidos principios que siempre han puesto la integridad de la familia tradicional por sobre el sufrimiento de cualquiera de sus miembros vulnerables. Recién en las ultimas décadas se lograron avances importantes en el reconocimiento de derechos esenciales de niñas, niños y mujeres adultas. Sin embargo, y pese a esos importantes adelantos, suelen dictarse fallos judiciales que mantienen aquella histórica visión sesgada y discriminatoria de los más frágiles, y no dejan de sorprendernos las tristes novedades que el ingenio y la osadía de algunos violentos aportan a la jurisprudencia. Hace pocas semanas, se publicó una sentencia que integra esa triste lista, referida a un caso de abuso sexual de una niña en edad de jardín de infantes, en el cual se juzgó a su padre acusado de graves delitos sexuales contra la chiquita. Si bien todos los aspectos procesales y validez de la sentencia en cuestión, será materia de un eventual análisis en las instancias superiores, lo cierto es que el fallo contiene entre otras, una valoración que por su brutalidad, justifica estas líneas. Allí, el autor del voto que llevó la adhesión de los restantes jueces, valoró en contra de la mamá de la nena, querellante en la causa, que la señora no lloró delante de los jueces en la audiencia en la que declaró durante el juicio. Ningún operador social puede desconocer la profundidad y variedad de reacciones que suelen generar los hechos altamente traumáticos como el abuso sexual infantil, tanto en las criaturas víctimas como en sus madres. De allí la necesidad de extremar los cuidados al momento de evaluar hechos y conductas, las que en esta temática, nunca son lineales. Sin embargo, en el fallo aludido, señala textualmente el juez Pablo Vega al referirse a la madre de la niña: “... de cuyos ojos no vimos brotar siquiera una lágrima mientras contaba los horripilantes abusos que, según ella, XXXXX le había practicado a su hija ...” (sic). Luego, propone sobre el final, y así se decide, denunciar penalmente a la mamá querellante, por falso testimonio. Si bien no es difícil encontrar sentencias que descalifiquen a las víctimas de esta clase de hechos, a sus madres y a todo aquel que valide la existencia de los abusos, no debe haber antecedente en el país, de un juez que denigre a una madre, por no llorar delante del tribunal. Es obvio que a ninguno de esos magistrados se le ocurriría descalificar a un varón por no llorar en una audiencia. Siglos de discriminación machista avalan lo dicho. La existencia de razonamientos como el citado, obligan a los funcionarios respectivos, a replantearse algunos aspectos de los sistemas de selección y control de quienes acceden a la magistratura y son capaces de efectuar esa clase de descalificaciones. De lo contrario, nuestra justicia seguirá discriminando, maltratando y denunciando a madres protectoras, docentes, psicólogas, vecinas, policías o fiscales que intenten dar a los víctimas la protección que nuestro modelo de Derechos Humanos garantiza. Descalificar a una madre porque “no se le cayó una lágrima”, no es ignorancia sobre las infinitas formas de expresar dolor, es misoginia en estado puro, incompatible claramente, con nuestra Constitución, con las leyes derivadas de ella, y con el más elemental sentido de sensibilidad y empatía indispensables para una justicia democrática y sobre todo, para fallos justos.

* Juez federal.

lunes, 19 de octubre de 2015

Milicogate: La caída de la Sargento Simunovic.


Milicogate: La caída de la Sargento Simunovic18 Octubre, 2015  
El Ejército conocía desde 2011 los mecanismos de defraudación utilizados para desviar fondos con el pago de facturas ideológicamente falsas. Ese año, una investigación del coronel de Inteligencia Miguel Cantallopts detectó la existencia de una “manipulación de documentos con fines inapropiados”, ligada a una factura de la empresa Raúl Fuentes Quintanilla. El coronel sugirió entonces que la uniformada no tuviera acceso a material contable. La medida no fue acatada por la institución. 
La sargento y paracaidista Millaray Simunovic lloró desconsolada en su primera noche en prisión, sin poder acostar y cuidar a sus hijos, a los que dice cuidar como una leona en su Facebook. Le suplicó entre lágrimas a la fiscal militar Paola Jofré que la dejara libre, luego que varios oficiales la ligaron a las defraudaciones ocurridas con la Ley Reservada del Cobre, las que suman ya unos diez millones de dólares. Encarcelada en una pieza del Regimiento de Telecomunicaciones en la comuna de Peñalolén, la paracaidista recibió estos días solo la visita de su hermana, Paloma, y su madrastra, quienes le llevaron ropa de cambio a su lugar de reclusión.
“Mientras más conozco a las personas… más prefiero alejarme de ellas”, escribió la militar a principios de año en su Facebook, cuando la División de Mantenimiento del Ejército llevaba ya varios meses bajo sospecha por cientos de facturas pagadas irregularmente a distintos proveedores.
En esa unidad, la hoy encarcelada sargento Simunovic, que en el año 2005 declaró como testigo en el caso Riggs, era la inamovible secretaria del general Héctor Ureta, oficial que no resistía poner “Me gusta” en Facebook cuando ella subía a esa red social fotos de sus vacaciones en las playas de Brasil.
La caída de la rubia y atractiva uniformada de 35 años comenzó silenciosamente en julio, cuando los coroneles Pedro Ferrer y Juan Guerra alertaron a la fiscal Paola Jofré que el modus operandi que funcionó en las defraudaciones con la Ley Reservada del Cobre era oficialmente conocido desde 2011 al interior del Ejército.
Fue el propio general Ureta, jefe de la sargento Simunovic, quien confirmó finalmente los hechos a la fiscal Jofré, enviándole una copia de la investigación efectuada en 2011 por el coronel de Inteligencia Miguel Cantallopts, a la que tuvo acceso exclusivo The Clinic. “Los antecedentes dan cuenta de una manipulación de documentos con fines inapropiados”, redactó Cantallopts en ese informe del 13 de diciembre de 2011. “El suboficial (Claudio) González y la sargento (Millaray) Simunovic no debieran contar con la confianza del mando”, agregó el coronel, quien sugirió que estos militares fueran separados de la División de Mantenimiento para evitar que accedieran a “documentación contable valiosa”.
Ambos, en ese informe preliminar que jamás llegó a tribunal alguno, figuraron como eventuales responsables de pretender cobrar irregularmente una factura de la empresa Raúl Fuentes Quintanilla, la misma sociedad que hoy es investigada por defraudar en cientos de millones de pesos al Ejército y que aún se mantiene como uno de sus proveedores.
Finalmente, y pese a las recomendaciones del coronel Cantallopts, todo quedó impune y en el olvido en ese lejano 2011. El suboficial Claudio González recibió solo dos días de arresto y la sargento Simunovic ni siquiera fue enviada a otra unidad. Ella continuó hasta su detención, el jueves de la semana pasada, como la estratégica secretaria del general Héctor Ureta, el jefe de la División de Mantenimiento, acusado por el coronel Clovis Montero de participar en las defraudaciones con los fondos provenientes de la Ley Reservada del Cobre.
UN MAR DE DUDAS Y CERTEZAS
Si en el Ejército conocían estos antecedentes, ¿por qué no los entregaron tempranamente a la Justicia o las autoridades? ¿Por qué la sargento y paracaidista Millaray Simunovic siguió al lado del hombre fuerte de la División de Mantenimiento? ¿Por qué en 2011 no fueron investigadas las demás operaciones de la empresa Raúl Fuentes Quintanilla o de otras compañías proveedoras?
Las millonarias defraudaciones a la Ley Reservada del Cobre, detectadas con claridad a fines de marzo del año pasado, bordean ya unos diez millones de dólares solo entre 2011 y 2014, según estimaciones entregadas a The Clinic. Además de Raúl Fuentes Quintanilla, las otras empresas indagadas hoy son Frasim, Inversiones Capellán, Pedro Salinas, Tajamar y Waldo Pinto.
Esta causa, que involucra unas 2.500 facturas supuestamente irregulares, ya suma cinco detenidos hasta ahora. Desde junio de 2014 están presos en el Regimiento de Telecomunicaciones el coronel Clovis Montero y el cabo Juan Carlos Cruz. Desde el jueves pasado, están encarcelados también el suboficial Claudio González, el suboficial Miguel Escobar y la sargento Millaray Simunovic.
El corazón de estas defraudaciones fue el Comando de Apoyo a la Fuerza, la unidad a cargo de revisar las facturas ligadas a las compras con fondos de la Ley Reservada del Cobre, operaciones que requerían contar además con documentos de respaldo emitidos por la División de Mantenimiento, a la cual pertenecían González, Escobar y Simunovic.
La PDI, tras revisar nuevamente el celular del apresado sargento Juan Carlos Cruz, encontró en ese equipo una ilustrativa imagen sobre el caso, fechada el 21 de noviembre de 2013. En ese archivo, aparece el desglose de repartición de una factura por 90 millones de pesos, donde figura un porcentaje de 20 por ciento para el proveedor, un 40 por ciento para “rgto. log.” y el resto a dividir entre cinco personas. Desde agosto, la Policía de Investigaciones emitió paralelamente diversos informes contables y dactilográficos a la fiscal Paola Jofré, quien ya tiene a su haber 20.000 fojas de antecedentes sobre adulteración de firmas, pagos irregulares y bienes de los investigados.
En estos documentos periciales queda además claro que fallaron todos los controles en un área reservada de la Defensa nacional que ni siquiera puede ser supervisada por la Contraloría General de la República. El Ejército durante años pagó facturas ideológicamente falsas, facturas no autorizadas por el Servicio de Impuestos Internos o facturas denunciadas por robo.
En cifras, las Fuerzas Armadas recibieron entre los años 2000 y 2015 unos 20.000 millones de dólares para compra de armamento, gracias a la Ley Reservada del Cobre que les garantiza un ingreso anual equivalente al diez por ciento de las ventas de Codelco. De ese monto, unos 5.000 millones de dólares permanecen aún sin gastar en las arcas del BancoEstado.
De ese monto, el sargento Cruz gastó 2.400 millones de pesos en los tragamonedas del casino Monticello, según consta en el expediente de la VI Fiscalía Militar. El coronel Clovis Montero, también detenido, apuntó en entrevista con The Clinic que también son responsables de estas defraudaciones los comandantes del CAF y los jefes de su División de Planificación. “Se gastaron la plata en caballos, propiedades y fiestas”, aseguró.
LA OPERACIÓN
Los últimos informes policiales apuntan a que las millonarias defraudaciones cometidas, solo entre 2011 y 2014, fueron ejecutadas a través de un puñado de Decretos Secretos. El 40 por ciento de ellas fue efectuada a través de giros vinculados al “Decreto Secreto 68 CE, un 20 por ciento al Decreto Secreto 41 MDN-E y un 13 por ciento a través del Decreto Secreto 18E”.
Estos giros eran caratulados como “compensaciones presupuestarias”, lo que permitía evitar que fueran cargados en la contabilidad de los regimientos, eludiendo así los controles contables internos.
La fiscal militar y la PDI trabajan ahora en determinar quiénes fueron los funcionarios involucrados en estas operaciones, cuáles fueron las rutas administrativas que siguieron los documentos, cuáles son los montos totales de la defraudación y cómo fueron distribuidos los dineros a los diferentes sospechosos.
La fiscal militar Paola Jofré, además, investiga el destino de unos seis millones de dólares ligados a compras del proyecto Centauro, relativo a la adquisición de piezas de artillería. Hasta septiembre el Ejército no respondía a la fiscal militar quién era el responsable de la gestión de ese proyecto en el Comando de Apoyo a la Fuerza. Hasta ahora, pocos creen que esto fue una operación solo de cabos, sargentos y suboficiales que lograron burlar supuestamente a todos sus superiores. La gran duda es hasta qué niveles llega la corrupción y por qué los hechos de 2011 no fueron mayormente investigados. ¿Fue ese error parte de un mismo desastre?
Premonitoriamente, en enero de 2010 Millaray Simunovic escribió en Facebook una confesión totalmente vigente en estos días. “A veces nuestros actos no son los correctos, pero qué hacer si esos actos incorrectos te gustan…”.

Negocios: La renovada apuesta del gobierno por la hidroelectricidad


El gobierno quiere que el agua recupere el lugar que ocupaba en el mix de generación en la década del 80. Por eso, apuesta que hacia el 2050 este insumo sea responsable de un tercio de la nueva energía "renovable" que requerirá el sistema eléctrico. Las empresas miran con escepticismo el nuevo mensaje, dadas las lecciones que dejó el proyecto HidroAysén.  Recuperar el puesto que ocupaba la hidroelectricidad en el mix de generación eléctrica mirando hacia los próximos 30 años es la meta que se ha impuesto el gobierno. 
La primera señal de este nuevo camino la dio el ministro de Energía, Máximo Pacheco, en el marco de la presentación de la Hoja de Ruta Energía 2050, el 29 de septiembre pasado. En la cita, que se realizó en el ex Congreso Nacional, Pacheco abogó por la importancia que tiene el agua para mantener la estabilidad del sistema eléctrico nacional. Destacó que el país no puede seguir hablando de energías renovables “no convencionales”,  precisando que Chile es el único país donde se le otorga “apellido” a este tipo de energías y, además, señaló que “Chile está en condiciones de retomar su ADN renovable”. 
El titular de Energía enfatiza esta nueva señal a La Tercera, diciendo que “como gobierno, nos interesa potenciar el uso de la hidroelectricidad, pero no cualquiera, sino aquella que sea respetuosa y compatible con los aspectos económicos, socioculturales y ambientales donde se desarrolla”. Añade que hace 30 años, la matriz de generación eléctrica era 80% renovable, con un protagonismo claro de la hidroelectricidad. “Tomando en cuenta todas las dinámicas sociales en torno a la hidroelectricidad, queremos que esta fuente recupere su protagonismo, porque es sustentable y, además, nos va a ayudar a bajar las cuentas de la luz. Chile no puede seguir pagando la cuenta de la luz más cara de América Latina”, indica. 
Un tercio de la nueva capacidad. Las palabras sorprendieron a la industria eléctrica, la cual en estos dos años estaba acostumbrada a escuchar al secretario de Estado apoyando la instalación de energías como la solar, eólica y también impulsando el uso del gas natural licuado (GNL). “Se ha enfatizado un buen desarrollo de las energías renovables, por el potencial que tienen y la baja de costo que generan, y se ha enfatizado la mayor utilización del gas natural como reemplazante del diésel, por eso, pareciera que hay un cambio de énfasis de parte del gobierno, pero no lo veo así”, señala el académico de la Universidad Católica Hugh Rudnick.
¿Por qué hoy se vuelve a hablar de esta tecnología? Porque dentro de los lineamientos que definió el grupo de 27 especialistas que integró el comité consultivo Energía 2050 -que trabajó por 18 meses-, se propone que en los próximos 30 años la matriz eléctrica de Chile esté compuesta, a lo menos, con un 70% de energías renovables, de las cuales el 41% provendrá de la energía eólica y solar y el 29% restante será hidráulica.  “La hidroelectricidad surge como una fuente relevante en todos los escenarios analizados. Contar con una mayor presencia de fuentes de generación con capacidad de regulación será fundamental para habilitar una mayor penetración de fuentes intermitentes, agregando flexibilidad al sistema, minimizando emisiones y costos económicos”, señala el documento.
Pero no es cualquier energía hidroeléctrica, sino que la de embalse, es decir, aquella que requiere la construcción de represas. Así lo explica Hugh Rudnick, quien también integró el comité. “Aquí hay un discurso bien claro: las energías renovables no convencionales, fundamentalmente las que tienen un gran potencial solar y eólico, no subsisten hoy con las actuales tecnologías que están disponibles para almacenar energía. Sólo lo harían gracias a un desarrollo de la energía hidroeléctrica de embalse. No estamos hablando ni siquiera de centrales de pasada, sino que de aquellas que puedan almacenar energía mientras las renovables están generando para poder evacuar esa energía cuando ellas dejen de generar”, explica.
En la hoja de ruta se especifica que el país requerirá de 8.000 MW adicionales de energía hidroeléctrica. Cifra que si la comparamos con la actual capacidad instalada en hidroelectricidad, que llega a un poco más de 6.500 MW, “casi estaríamos duplicando en 35 años la capacidad de generación en este tipo de tecnologías. Lo que, sin duda, es un gran desafío para el país”, explica el vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Generadores, Claudio Seebach, quien también integró el Comité Energía 2050.
Escepticismo post HidroAysén. Este mensaje lo leyó bien claro el presidente de Colbún, Bernardo Larraín, quien estuvo en el evento de fines de septiembre. A su juicio, Chile tiene un potencial renovable “muy grande y de todo tipo”, y “hay que recuperar el desarrollo de las centrales hidráulicas”. Pese a ello, para la industria las palabras de Pacheco y la hoja de ruta que define Energía 2050 genera “escepticismo”, pues no se entiende por qué ahora se respalda esta tecnología, tomando en cuenta las fuertes críticas que el gobierno emitió sobre HidroAysén, iniciativa que fue rechazada por el Comité de Ministros el 10 de junio del año pasado. En la oportunidad, el mismo Pacheco señaló que el proyecto estaba “mal ejecutado” y que tal como estaba diseñado, su desarrollo  era “inviable”. También llamó a “deshidroaysenizar” la discusión energética del país.
“Esta nueva señal no se entiende, cómo va a funcionar realmente, si cuando pudieron, no apoyaron un proyecto hidroeléctrico de embalse por el rechazo que generaba en la gente. El gobierno ha dicho: la gente no quiere nada y no sabe las consecuencias que esto acarrea, pero es el gobierno el que tiene que transmitir las consecuencias que tienen estas acciones. Esta nueva señal se ve más bien como una señal política que en la práctica será difícil de concretar”, indica un alto ejecutivo eléctrico.
Valter Moro, gerente general de Endesa, señala que el nuevo impulso del gobierno no sorprende, pero sí se alegra de que se declare la hidroelectricidad explícitamente como un eje estratégico en la Hoja de Ruta 2050. “En los últimos 20 años, nuestro país ha retrocedido en forma muy importante en el desarrollo de su matriz hídrica y se ha hecho más dependiente de los combustibles fósiles, y esa tecnología no hace mucho sentido en un país que tiene un potencial de 16.000 MW en energía hídrica, limpia y renovable”, señala (ver entrevista).
Por su parte, Thomas Keller, gerente general de Colbún, explica que más allá del impulso que hoy le está dando el gobierno, “podríamos decir que se pone a la energía hidroeléctrica en el sitio que le corresponde dentro del conjunto de opciones renovables que Chile puede darnos como recursos” (ver entrevista). 
Medidas adicionales. Pero el trabajo para concretar este anhelo será largo. Claudio Seebach afirma que darle factibilidad al desarrollo hidroeléctrico implicará, entre otros temas, informar correctamente a la sociedad los pros y contras que tienen las distintas rutas de desarrollo de la matriz de generación. 
Agrega que este impulso sólo será efectivo “si la sociedad toma conocimiento de los costos y beneficios que conllevan las distintas decisiones de inversión para el desarrollo de una matriz renovable”. Esto, añade, porque “ha sido la oposición de la ciudadanía el principal obstáculo para su desarrollo y lo que ha llevado como principal factor a los mayores costos actuales de energía”.
Una de las cosas que destaca Pacheco, en este sentido, es la identificación del potencial que tienen las cuencas del país, cuya primera fase de análisis -que lo realizó la Universidad Católica con el consorcio Teco Group- culminó en abril de este año y arrojó que existe un potencial hidroeléctrico  de 11.000 MW entre los ríos Maipo y Yelcho (ver infografía).  Ahora comenzará una segunda etapa de ese análisis, que se enfocará en los ríos Bueno, Valdivia, Yelcho, Puelo, Toltén, Maule y Biobío -cuyo potencial se estima en 8.200 MW- y que desarrollarán las universidades Católica y de Chile. También habrá un tercer análisis, que realizará la Universidad de Concepción, que abarcará a Aysén, zona que concentra 5.000 MW de potencial hidroeléctrico. Todos estos estudios estarán listos a mediados de 2016. “Cuando completemos la segunda etapa, podremos contar, como país, con una plataforma de información que será fundamental para la gestión territorial del sector hidroeléctrico”, explica Máximo Pacheco.
Para la industria, este tema es fundamental, pues se espera que este estudio se transforme en un facilitador para el desarrollo hidroeléctrico. En el sector añaden que ayudará a la toma de decisiones, tanto a quienes desean asumir el desafío de desarrollar el potencial como a todos los agentes, personas e instituciones interesadas, indican en el sector.

domingo, 18 de octubre de 2015

Hugo Cárdenas (50), ícono del arte underground de los 80: “Los chilenos somos unos pobres hueones, una manga de tarados, unos sacos de huea”




El Punk Triste es un film sobre el inicio de la escena punk chilena a mediados de los años ochenta en Santiago de Chile. Hugo Cárdenas, protagonista del film fue uno de los principales artistas visuales que desde la universidad crearon una estrecha relación entre rock y arte como herramienta de protesta e insurrección contra la dictadura de Pinochet
Hugo Cárdenas (50), ícono del arte underground de los 80: “Los chilenos somos unos pobres hueones, una manga de tarados, unos sacos de huea” Cuando se definía como un aristopunk, integró “Contingencia Sicodélica”, uno de los colectivos artísticos más excéntricos en dictadura que experimentó con todo tipo de alucinógenos. Hoy, Hugo Cárdenas está más viejo y se está quedando pelado. Aunque siga sintiendo desprecio por la sociedad chilena y no crea en este sistema, ya no está ni ahí con el punk. Budista y bohemio, por estos días está dedicado a pintar paisajes y alejado de su obra más combativa: “En Chile está todo tan podrido que la pintura de protesta no sirve de nada”.
Pintura Pura se llamó tu última exposición en la Galería Guillermo Núñez. Es lo menos punk.
-No es idea mía haberle puesto así. Y ya no estoy pintando pintura con tanta temática o tan política, sino que mancha sobre mancha, pintura pura en ese sentido y no más allá. Pero no hago paisaje, sino que una simulación de paisaje. Es pintura abstracta. Es más Jackson Pollock y menos Constable.
¿Por qué es una simulación?
-El paisaje es muy plano. No quiero hacer una pintura que sea tan cuadrada, tan definida por el dibujo, quiero una pintura más suelta, que el dibujo se abra un poco y que en el fondo sea una gran mancha.
Nada nuevo bajo el sol.
-Nada nuevo, no pretendo nada nuevo. Lo que sí cada uno tiene su particularidad. Porque por más que uno intente copiar, nunca sale igual. Eso es lo divertido del arte. Si mirai Los Prisioneros al final no eran tan originales. Era escuchar a The Specials y The Clash.
Te aburriste de la contingencia.
-Más que aburrirme, me topé con otros pintores que estaban pintando paisajes. Cuando chico pinté paisajes, pero cuando entré a la escuela de arte me metieron tanta mierda en la cabeza -qué la crítica del arte, qué la crítica de la pintura- y toda esa cosa testimonial y tan rebuscada. O sea, yo igual tuve un profesor, el Adolfo Couve, que era arte por el arte, pero el bombardeo de otras cosas y la situación política de los 80, me llevaron a hacer una pintura mucho más actual. Y no sólo pintaba protestas en la calle, sino gente tomando en un bar.
Pintaste el Jaque Mate.
-Sí. Y, claro, pintaba al garzón y algunos personajillos que me acordaba. Pero ahora me retiré de esa pintura, empecé a pintar paisajes y me sentí más cómodo.Y la pintura política tiene reconocimiento, pero no es una pintura que les guste a todos. Aparte que mi pintura era más bien de izquierda, por lo que a los derechistas no les gustaba, lo que es lógico, pero también tuve mis aciertos cuando pinté la Junta Militar, y les gustó tanto a los de izquierda como los de derecha.
De hecho, pintaste a Pinochet.
-Sí, claro. No era una visión realista, sino una imagen pop de algo que puede ser bueno o malo, pero que también lo podís colgar en la pared. Pintar a Pinochet es como tener un retrato de Charles Manson.
La figura de Pinochet no ha sido explotada en el arte chileno. Al contrario de Allende.
-A Pinochet lo han tocado poco, porque es un personaje odiable, pero no deja de ser un ícono para Chile. Así como para Cuba es Fidel. A Pinochet lo deberían explotar más, porque sirve para lo que no hay que hacer. Y, te juro, que pienso que Pinochet representa a Chile mejor que la Violeta Parra. O sea, es algo bien irónico, él no es un artista y Violeta sí. Pero ambos son íconos. Con la diferencia de que la gente que seguía a Violeta la mató Pinochet. En cambio, Pinochet sí logró imponer su doctrina en este país. Y, digamos, que en el Chile actual Pinochet es más importante que Violeta. Ella está en el corazón de la gente, pero en la práctica y en la vida real, el verdadero ícono de Chile es Pinochet. Por otro lado, no creo que Pinochet sea el culpable de todo.
¿Por qué?
-Fue un títere inventado por la derecha. Después a Pinochet su señora le calentó la cabeza, se puso arribista, se volvió loco y se creyó Napoleón. El tipo era un pobre hueón. Y, te digo, que él representa a Chile, porque los chilenos son unos pobres hueones como él.
POBRES HUEONES
¿Por qué somos pobres hueones?
–Le compramos el sistema a Pinochet. Y los chilenos nos convertimos en pobres hueones, una manga de tarados y unos sacos de huea.
¿También eres un pobre hueón?
-No, yo soy un marginal. No pertenezco a este sistema. Soy un bicho raro, un outsider, claro que sí. No tengo ni carné de identidad. No me interesa participar de este sistema.
¿Y de cuándo no participas?
-Desde que se me agotó, hace poco. No lo he ido a renovar ni quiero.
Pero de alguna manera tienes que meterte al sistema para vivir…
-No, si soy artista. A gente como yo nunca le falta. Yo hago un producto puro. Por último, me pondría a pintar retratos en una plaza. Pero vivo tranquilo. No tengo para qué insertarme en un sistema perverso y explotador que odio. Meterse al sistema es para que los que lo manejan te roben. Y no quiero que me roben, ¿cachai? Así de simple. Y siento que en Chile está todo perdido y ya no sirve la pintura de protesta.
¿Por qué?
-O sea, marcho con los estudiantes y bien, pero no tiene sentido. A este país ya se lo comió el sistema que nos impusieron. Ahora me da la impresión que la Presidenta quiere cambiar algo, pero serán pequeñas reformas, puro maquillaje, no es esencialmente otro sistema. En Chile el experimento fue salvaje. La gente está súper sometida e indefensa. Son unos rebaños que van al matadero de Chile. Y por eso digo que los chilenos son unos pobres hueones, porque nadie se rebela de verdad. Hay que agradecerle a los estudiantes y las protestas, pero tampoco están bien encaminados. Eso de dejar de trabajar lo encuentro bastante atroz. Ayer pasé por un consultorio lleno de abuelitas tratando de entrar y no podían. ¡Estaban en paro los desgraciados! ¡EN PARO! Eso no es bueno. Eso de que todos anden protestando todo el rato, no está bien. Hay que saber canalizar. Para eso están los políticos. ¿Te imaginai marchas todos los días? Aparte que las marchas no sirven para nada. La gente tiene que presionar a sus políticos. Por algo votaron por ellos. No sé cuál es la manera, pero presionarlos para que cumplan la palabra.
Imagino que no votas.
-No voto. No sirve de nada que yo vote. Además que a nadie le importa mi opinión.
¿Alguna vez militaste en un partido? ¿Cómo Juventudes Rebeldes, por ejemplo?
-No, siempre he sido pura anarquía y punk rock era mi partido. Pero me caen bien los comunistas. Creo en Camila. Ojalá no se aburguese. Los comunistas quieren cambios y no lo esconden. Por lo tanto, me cae pésimo el Ignacio Walker. Ese hueón debería cambiarse a Renovación Nacional. Que sean tan pro libre mercado en un partido tan cristiano, es lo menos cristiano que hay. Los DC están en paja. Son como de otro tiempo. Walker quiere ser presidente y le va a ir como el culo. No es empático. Así como Velasco. Es muy cuico. La gente no es así.
¿Por qué te caen mal los chilenos?
-El chileno es bien zalamero, genuflexo, bueno para chuparle el pico al extranjero, unas ratas. Viene un gringo y se la chupan entera. Pero al peruano lo humillan. Eso habla de una falta de nobleza. De una hueá farsante y fascista. Es karmático vivir en Chile. Me carga la rotería del chileno.
¿Qué tipo de rotería?
-La rotería que se da cuando paso por la calle y un tarado no me deja pasar. No es la rotería de los ricos que es peor. Esa prepotencia es asquerosa. Lo que me gusta del chileno, es que su rotería tiene límite. Los chilenos son muy cagones, muy cagaos de miedo, muy tímidos. Cuando les digo con mi vozarrón permiso los hueones se cagan de miedo. El chileno es cagón. Tiene una ideología que no es humana.
¿Te gustaría irte del país?
-No lo necesito. Soy como Hamlet: exiliado en mi propia guerra. No tengo problema. Me hago el loco, nomás. Soy hamletiano todo el rato. ¿Por qué tendría que irme de mi país? Aunque Chile sea una mierda, nací aquí. Quizá me exiliaría pero en la playa, de Concón para arriba, o en Chiloé, aunque llueve mucho, pero sería bacán vivir en un lugar que no es tan Chile. El sistema capitalino es el más infernal.
¿Los santiaguinos son muy mala onda?
-Los santiaguinos son unos sacos de huea, muy maleducados, muy rotos, unos giles. Me alegro cuando ando por la Plaza de Armas y veo a tanto colombiano, tanto peruanito, tanto haitiano. Ojalá cambie Chile con ellos. Es un factor súper saludable que los niños ricos se estén criando con nanas peruanas. Ojalá no las humillen, que aprendan a comer rico, y sean bien educados. Si comparas un peruano pobre del chileno cuico, el peruano sabe hablar y es culto, pero el chileno es un saco huea siempre. No hay duda. El chileno es muy de apariencia, pero completamente hueco. El chileno actual -no hablo de raza- sino que desde los hipsters hasta los cuicos de la UDI, pasando por los rojos barbudos, son todos la misma chusma.
¿Y los punks dónde caben?
-Los punkis son asquerosos, salvo unos amigos. ¿Pero qué hace la masa de punkis pidiendo plata en la Biblioteca Nacional o el Eurocentro? ¡Son chusma! A esos hueones hay que mandarlos al servicio militar para que trabajen esos vagos de mierda. Eso es mendigaje. No hay rebeldía, salvo su mala educación, no tienen qué ofrecerle a la sociedad. Yo que amo el punk, esos cabros no me representan. Y cuando los veo, me dan ganas de escupirlos, aunque no llego a tanto, pero cruzo la calle pa que no me macheteen.
En tu etapa punk, ¿pediste plata en la calle?
-No, para nada. Nunca tan vago. Si te digo que nunca he tenido plata, no significa que sea pobre y miserable. Nunca he necesitado. Pero algunos amigos, sí. Y mis amigos ya no son punk. Son de mi edad. Por lo tanto, no lo son. Pero sí he conocido jóvenes que tienen grupos y que quieren ser punk. Son soñadores. Me caen bien. Porque quieren hacer grupos. No son los que se paran afuera del Eurocentro.
¿Ser punk a los 50 ya no se estila?
-Es una ideología que puede mantenerse, pero no vas a andar disfrazado de punk a los 50. Uno puede tener resabios de lo que uno fue. Es un discurso romántico, bonito, pero no me considero punk. Ni aristo ni punk por separado. Yo fui aristopunk. En comparación a los de ahora, que son unos flaites de pacotilla, yo era un aristopunk. Pero actualmente el punk no me interesa y no es mi tema. Ahora soy pintor, simplemente. Ser punk es muy reductivo. Soy un viejo pelado, no más. Y me da vergüenza mostrar la pelá. Por eso ando con sombrero.
¿Te llegó el viejazo?
-Nunca he tenido la crisis de los 30 ni de los 40 ni de los 50. Soy un lolo. Siempre voy a ser como soy ahora. Me pueden venir los achaques de la edad y toco madera. Nada grave. Pero hay que ser sabio y joven. No me interesa vivir como alguien de 50. La sociedad te obliga a casarte, tener tu casa, tener tarjetas, usar el último smartphone. Esa no es vida para mí. Soy un hueón que vive como un pendejo de 20 y tantos años pintando en un taller mugriento. Soy un rebelde. Y bastante frío, no tengo la fragilidad humana, pero a través de mi pintura me desahogo. Soy una especie de Sheldon Cooper, bastante racional.
¿Cómo el de la serie The Big Bang Theory?
-Es muy parecido a mí. Es como el señor Spock de Star Trek. Lógico. No tiene sentimiento en apariencia. Todo está calculado. Y cuando pinto suelto me sale esa cosa más irracional y loca. Pero, en general, soy poco humano.
¿No hay nada que te guste de Chile?
-Lo mejor es el paisaje, porque las mujeres son bonitas pero un poquito tristes. Soy un amargado de ver el Chile actual. Y por eso no pesco. Esa es la gran receta. Como soy budista, me dedico a mí mismo y no a lo externo. Pero la cosa cambiará. Estoy seguro que no hay mal que dure cien años. No se puede ser idiota toda la vida.
¿Eres budista de verdad?
-Suficientemente, lo que me alcanza, pero entiendo que está al interior la respuesta y no fuera.
EL NEOPRÉN
En los 80, integraste Contingencia Sicodélica, el colectivo artístico considerado el más excéntrico de Chile.
-No sé si tan excéntrico. Son cosas que se inventan. La Contingencia Sicodélica fue paralelo a los Pinochet Boys. Éramos cien por ciento punk, anarquismo callejero, no creíamos en nadie mayor a los 30 años. Pero ese era el discurso punk. Pero no éramos los únicos. Había muchos que estábamos en la misma parada. Había gente que se había influenciado con el punk. Nosotros lo que hacíamos era repetir las arengas punk. No era nada nuevo bajo el sol. En esa época, era difícil no ser punk. Uno es hijo de su época.
¿A quién se le ocurrió el nombre del colectivo?
-Al Rodrigo Hidalgo, que después sería de Los Parkinson, pero en ese tiempo era pintor. Una vez tomamos ácidos, nos drogamos, salimos a loquear, nos metimos a un bus para ir a una exposición y llevábamos tal escándalo que el chofer nos llevó directamente a los pacos. Se llevaron preso a Pablo Domínguez, Hidalgo y a todos, pero a mí me soltaron rápido, pero los otros estuvieron un par de días detenidos. Y cuando Rodrigo salió dijo “la contingencia sicodélica”, porque estábamos sicodeliqueados, además que la contingencia nos había mandado a la cana. Así surgió el nombre.
Ustedes hacían una defensa férrea a las drogas.
-Sí, total. En ese tiempo, lo que viniera era bueno. Nos tomábamos una cerveza a las diez de la mañana, a las doce una de pisco, o si no neoprén que era muy efectivo. Pero el dolor de cabeza con neoprén te lo encargo. Te dejaba re loco, pero por un tiempo bien corto. Pero es basura. Malo, malo, malo. Quedabai un poquito mongólico. No es bueno. Pero era sicodélica.
Ustedes no le hacían a la coca.
-No. En ese tiempo, nunca la conocimos y después nunca me gustó. Es basura. La coca es para gente aburrida. Muy simple. Yo soy acelerado, para qué la quiero. Es pa los giles chilenos. Es para gente arranada que necesita un estímulo extra. Yo tengo un par de amigos coqueros. Y todos se vuelven maricones y las minas caen en desgracia. Todos se hunden en una decadencia moral y síquica.
¿En esa época ya eras un jeringuero fino?
-Sí. Fui el primero que probó y se inyectó ketamina en la Chile. En esa época nadie le hacía. Era vanguardia. Después se puso de moda en Londres, en Los Ángeles, pero acá ya llevábamos como un año.
Era fácil de conseguir.
-Sí. La comprábamos al doctor Cerebro, en una tienda que había en el centro, pero después empezaron a pedir recetas y ahí se acabó el sueño. Pero le hice harto. Fui adicto. Pero lo dejé al poco rato, porque no me gustó, además que probé lo suficiente. Son drogas muy fuertes, había que aumentar la dosis y no estaba dispuesto a eso. Fue una gran experiencia, mística, que me llevó a otras profundidades de la realidad… Pero se han armado mitos con Contingencia Sicodélica. Dicen que entre la realidad y el mito, mejor quédate con el mito. Pero yo te digo quizá no fueron taantos, quizá fuimos valientes.
¿Qué tan valientes?
-Estábamos jugando contra el sistema con unos looks que con solo llevarlos te llevaban preso.
¿Y cuál es tu relación con las drogas ahora?
-Hasta hoy soy un defensor. El que quiere drogarse, que se drogue. Uno inventa sus propias reglas. Ahora yo dejé las drogas. Fumo marihuana que viene siendo como un cafecito. No la uso todo el día ni me despierto fumando un caño, pero cuando voy a pintar me gusta fumar. Porque te concentra. Dejas de pensar en la cuenta de la luz o en las personas que no te caen bien. La marihuana te pone en un plano espiritual. Y es una o dos piteas. Con eso estoy listo.
¿Los carretes de ahora son más penca que los de los 80?
-Estoy seguro que sí, pero no los conozco. En Santiago hay cero onda. Harto look, pero es gente súper fome, cero carisma, cero brillo.
¿Pero alguna vez hubo onda?
-En los 80 era la cagada. En El Trolley, lugar mítico, había cualquier onda. El look era algo nuevo. Era entretenido. Había una revolución cultural que hoy ya no hay. Ahora son hipster. No hay nada revolucionario. Son todos iguales.
Por tu forma de vestir, podrían considerarte como un hipster…
-A mí me consideran el padre de los hipster. Pero eso no me importa. Yo soy un señor. Ahora lo revolucionario sería vestirse de terno y corbata. Más avantgard… En todo caso, no me gustan mucho los 80. De hecho, los odio.
¿Por qué?
-Cuando uno tiene 20 años es un pelotudo. Uno no cacha nada. Uno es bien patotero y ahora prefiero andar más solo. No me gusta la cosa democrática de las patotas. Prefiero ser dictador de mí mismo. Lo que te obliga a andar casi siempre solo. Nunca tanto. Pero tengo un ego grande. Soy del signo Leo, ¿cachai? Del año del dragón, por lo tanto requiero manduquear. Encuevado como buen dragón. Si querís verme, tenís que venir a buscarme. Que me recuerden a cada rato lo del ícono underground de los 80, me carga. Odio que me lo recuerden. La nostalgia no está en mí, sino que en los demás. Eso habla de los pegados que son los chilenos. Por supuesto que fui figura en los años 80, pero esa época pasó hace caleta de tiempo. No me interesa.
EL ARTE
Ya no estás pintando contingencia. Pero en algún momento pintaste pacos persiguiendo estudiantes, marchas.
-Me siento precursor de lo que está pasando. Te doy una frase de Oscar Wilde: la vida imita al arte. Yo pinté cosas así mucho antes. O sea, siempre existió, pero ahora la cosa se desató. Pero no apoyo lo que está pasando con el violentismo. Me da susto que esté quedando la cagá allá fuera. Por eso no salgo mucho a la calle. Me da miedo que pongan bombas donde uno pueda estar almorzando. Es terrorífico. No tomo metro, pero me daría miedo tomarlo. O que a alguien que yo quiero le pase algo.
Estás medio paranoico.
-Soy paranoico. No soy cobarde, pero hay mucha maldad alrededor. Estamos viviendo el apocalipsis. No tengo ese miedo, pero entiendo que esa pobre gente que sale a trabajar tiene razones para estar con susto. Repudio todo el violentismo y el terrorismo que ha aparecido. Y me ha dicho gente que sabe, que es una cosa muy pequeña, muy anarco, muy sectorizado. Pero, aun así, lo encuentro muy mala onda y peligroso. Hay que vivir en paz. Yo disparo desde la palabra. No ando poniendo bombas ni tratando mal a las personas. Ni le ando diciendo a los chilenos que son unos sacos huea. Ando con la cabeza gacha para no cruzar las miradas.
No crees en el violentismo.
-No. Soy artista. El discurso tiene que ir por ese camino. En todo caso, ya cumplí con hacer conciencia, porque aunque uno no sea un pintor tan conocido, igual mis cuadros están en la calle, en Facebook, etcétera.
De hecho, sueles llevar tus cuadros a las marchas.
-Sí. Pinto cartones que llevo a las marchas para que los cabros chicos los levanten. No los voy andar trayendo yo a cuestas, si son pesados. Cuando termina la marcha, se los quito y me los traigo a la casa. O se los regalo.
¿Qué te parece el arte chileno?
-El arte chileno hace juego al fascismo. No tiene contenido. Es solo para entretener. Es edulcorado, no tiene crítica. Hay una proliferación de artistas jóvenes, sobre todo de escuelas como la Finis, pero que son muy huecos y pura cáscara. Mucha técnica, todo muy bien hechito, pero un arte que no le interesa a nadie. Son imitación de lo que hay afuera. Entre una cosa kitsh, relamida, un gusto gay raro que no entiendo. No tienen nada que ver con Chile. El arte chileno es copia y nada original. Todo lo que hacen en Chile me parece sospechoso. Lo último interesante que se hizo fue con el Mono González y la Brigada Ramona Parra. Eso era real. Lo demás, es mentira.
¿Y la Escena de Avanzada?
-Esos eran otros tiempos. Me saco el sombrero por ellos. Eran tiempos dificilísimos y tenían una resistencia frente a una dictadura sangrienta. Ese ha sido el último gran movimiento que ha habido en Chile. Y después nada.
¿Qué piensas del arte conceptual?
-El arte conceptual es una chambonada más de los ficticios, de los teóricos, de los profes de arte. Puras mentiras. Nunca me gustó el arte conceptual. Es una lata esa hueá de las instalaciones. Tengo mi teoría.
¿Cuál es?
-Cuando la gente no sabe pintar bien y no tiene talento para la pintura, se dedica a la instalación que es escapar de la virtud.
Dices que eres un budista, pero un budista bueno pal copete.
-Sí. Cuando me emborracho me coloco molestoso. Soy un tipo elegante que bebe. No me considero alcohólico, pero sí un bebedor excesivo. El budismo no está reservado solo a los monjes. El gran Leo Cohen dijo esta frase, que traté de imitarla: soy judío, soy alcohólico, soy budista y no creo que estas tres estén en contra. Yo creo en Leo Cohen, siempre.