"Retrato de
mi padre, militante comunista", de Jorge Teillier
En las tardes de
invierno
cuando un sol equivocado
busca a tientas
los aromos de
primaveras perdidas,
va mi padre en su
Dodge 30
por los caminos
ripiados de la Frontera
hacia aldeas que
parecen guijarros o perdices echadas.
O llega a través
de barriales
a las reducciones
de sus amigos mapuches
cuyas tierras se
achican día a día,
para hablarles
del tiempo en que la tierra
se multiplicará
como los panes y los peces
y será de verdad
para todos.
Desde hace
treinta años
grita “Viva la Reforma Agraria ”
o canta “La Internacional ”
con su voz
desafinada
en planicies
barridas por el puelche,
en sindicatos o
locales clandestinos,
rodeado de
campesinos y obreros,
maestros
primarios y estudiantes,
apenas un puñado
de semillas
para que crezcan
los árboles de mundos nuevos.
Honrado como una
manta de Castilla
lo recuerdo
defendiendo al Partido y a la
Revolución
sin esperar
ninguna recompensa
así como Eddie
Polo –su héroe de infancia—
luchaba por Perla
White.
Porque su
esperanza ha sido hermosa
como ciruelos
florecidos para siempre
a orillas de un
camino,
pido que llegue a
vivir en el tiempo
que siempre ha
esperado,
cuando las calles
cambien de nombre
y se llamen Luis
Emilio Recabarren o Elías Lafferte
(a quien conoció
una lluviosa mañana de 1931 en Temuco,
cuando al Partido
sólo entraban los héroes).
Que pueda cuidar
siempre
los patos y las
gallinas,
y vea crecer los
manzanos
que ha destinado
a sus nietos.
Que siga por
muchos años
cantando la Marsellesa el 14 de
julio
en homenaje a sus
padres que llegaron de Burdeos.
Que sus días
lleguen a ser tranquilos
como una laguna
cuando no hay viento,
y se pueda reunir
siempre con sus amigos
de cuyas bromas
se ríe más que nadie,
a jugar tejo, y
comer asado al palo
en el silencio
interminable de los campos.
En las tardes de
invierno
cuando un sol
convaleciente
se asoma entre el
humo de la ciudad
veo a mi padre
que va por los caminos ripiados de la Frontera
a hablar de la Revolución y el paraíso
sobre la tierra
en pueblos que
parecen guijarros o perdices echadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario