Monsiváis murió a los 72 años, en 2010. Parte de su obra no ha sido reunida aún.
El hombre que escribía como si siempre llegara antes
El gran cronista latinoamericano era capaz de
explorar el más amplio abanico de temas: desde Gloria Trevi hasta el
debut de The Doors en México, pasando por la telenovela, la política y
la moda. Su estilo único queda plasmado en la flamante Antología
esencial.
El
mayor cronista mexicano transformaba las pequeñas ideas en cuerpos
perdurables. Sin prisa y sin esfuerzo, Carlos Monsiváis enfocaba su
linterna donde deseaba. Tenía la lengua extremadamente filosa para
hibridar lo “serio” y las minucias. No hay tema que haya escapado a su
mirada desde que en 1954 escribió sobre la música de Bola de Nieve.
Escribía como si siempre llegara antes. Su flexibilidad intelectual
sacudía la modorra del pensamiento anquilosado en confortables certezas o
prejuicios. Lo que aún hoy lo torna un “fuera de serie” es el modo tan
desenfadado de explorar un amplio abanico de temas: bolero, telenovela,
fotografía, comic, deporte, ídolos populares, perdedores de diversos
pelajes, rock, moda, literatura, política, nuevos movimientos sociales;
provocaciones como las de Gloria Trevi o el debut de The Doors en
México. La lista es inabarcable porque su radar, siempre en estado de alerta ante lo que
se le cruzara por el camino, consigue ir más a fondo, como si su
ductilidad no tuviera límites. En el prólogo de Antología esencial
(Mardulce), un libro de referencia que reúne sus principales artículos,
retratos y crónicas, Juan Villoro ratifica cuál es la madera del
“velocista de la prosa”: “Monsiváis es el turista japonés de los tiempos
que nos constan: ya tomó todas las fotos y ya probó todos los platos
típicos”.
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