domingo, 6 de septiembre de 2015

José Miguel Ossa Guzmán es fundador de la Corporación Crea+. IQUIQUE, EDUCACIÓN.


                     José Miguel Ossa Guzmán. Economista y Magíster en Economía, Pontificia 
                  Universidad Católica de Chile. Magíster en Políticas Públicas, Harvard University.

"Es fácil hacer un mal diseño y después agregar un slogan"
José Miguel Ossa Guzmán es fundador de la Corporación Crea+, una institución sin fines de lucro que refuerza la labor de los profesores de matemáticas en diversas escuelas vulnerables de las regiones Metropolitana, Antofagasta y Tarapacá, las que han mejorado sus resultados en el Simce. El logro les valió la entrega del Sello Bicentenario (2007), el Sello Juntos por un Chile sin Pobreza (2012) y el Sello Más por Chile en 2013.  A esto se suma su trabajo de 2007 a 2011 en la Corporación de Educación Municipal de Puente Alto, una de las comunas más pobladas del país, que lo convierte en una voz autorizada a la hora de hablar de educación.
- Por un lado está el hogar. Está demostrado que es lo que más impacta dentro de los resultados de los alumnos. Esa es una realidad que se le trata de colgar al colegio, cuando ahí se necesitan otro tipo de modificaciones sociales, que no pasan sólo por la arquitectura del sistema escolar. Por otro lado, está la capacidad del propio establecimiento de tomar a esos alumnos y transformarlos en verdaderos buscadores de aprendizaje. Eso varía de colegio en colegio y por la formación que tienen los profesores. Más que con la formación, a veces tiene que ver con la motivación. Nosotros nos encontramos con distintos tipos de colegios. Hay lugares que son más motivantes para un profesor y otros que son al revés. Tiene que ver con los liderazgos directivos y muchas veces con los mismos modelos, teorías, programas educacionales que se utilizan, aunque fundamentalmente está el lado familiar y la calidad del docente.
- Tiene que ver con la estructura motivacional que genera el Estatuto Docente. En eso hay un enorme consenso a nivel social. El estatuto necesita cambiarse, actualizarse, sin embargo no ha habido gobierno que haya podido modificarlo ya sea de derecha, de izquierda, de centro. Todo el mundo tiene conciencia de hacer ese cambio, pero no ha ocurrido y lo más interesante, es que cuando uno habla con los buenos profesores o con los que están progresando, están de acuerdo porque se dan cuenta que a ellos no les conviene el Estatuto Docente como está hoy día, sin embargo no han existido las voluntades suficientes para modificarlo.
- La primera parte de la reforma que ya está publicada, trató de cambiar la arquitectura del sistema escolar, pero en esa reforma no se tocaba en absoluto el tema docente y mucho menos la calidad docente. Ahora, una vez hecho ese cambio, uno esperaba que viniera este proyecto de carrera docente. Cuando el gobierno presentó una estrategia, un proyecto cuyas principales definiciones eran compartidas, tanto por el gobierno como por la oposición, se encontró con la barrera bastante dura de algunos profesores. Dentro del gremio hay distintas miradas y muchos profesores nos dicen que se daban cuenta de lo útil que podría ser un proyecto de esa naturaleza: el sistema de incentivos, hacer una barrera de entrada para que sólo quienes estén preparados puedan hacer clases y no cualquiera que salga de una universidad. En ese sentido las universidades tienen una responsabilidad tremenda, de estar titulando, titulando y titulando una gran cantidad de profesores mal preparados. Son pocas las universidades que preparan bien a los profesores.
- ¿Y por qué son las que tienen los puntajes de cierre más bajos?, ¿por qué las personas que están buscando algo más a futuro, ven que es una carrera que no tiene proyección?, es plana y ahora justamente cuando el proyecto de gobierno buscaba darle una cierta proyección, un grupo de profesores comenzó a buscar detener la iniciativa. Parece ser que por temas más ideológicos prefieren todos, pero malos, a que hayan buenos que se les premie y a los que no son tan buenos que se les ayude, que se les apoye. No puede ser que a todos se les dé el mismo mérito porque no corresponde.
En término de incentivos, el proyecto incluía algunos de esos elementos, pero era muy centralista porque buscaba para todos la misma carrera, sin embargo, los directores de los colegios, por ejemplo, no tenían nada que decir en la evaluación que se hacía de los mismos profesores y eso no puede ser. ¿Cómo se va a pretender evaluar desde la capital, desde Santiago, a todos los profesores, sin considerar en absoluto la mirada local?
Lamentablemente, Chile sigue rehén de un grupo reducido de profesores muy ideologizados que no representan a la ciudadanía, ni tampoco representan a los mismos profesores.
- La respuesta depende de la calidad de cada colegio, porque dependiendo de la cantidad de copagos que tenían es cuánto se van a ver afectados. Ahora, en la mayoría de los casos, la cantidad de recursos que van a recibir los colegios es igual o superior y eso es bueno, el tema es que a veces esos mayores recursos vienen como contrapartida de algún otro requerimiento, requisito, a mi gusto, muy centralista por parte del Ministerio de Educación. Por ejemplo, cosas que ya han cambiado y que yo considero muy malas. Para poder iniciar un nuevo proyecto educativo tiene que haber una demanda que no esté siendo satisfecha, pero resulta que prácticamente en todo Chile existe en los colegios municipales un exceso de oferta, por lo tanto, en ningún lugar se podría construir un nuevo colegio, a menos que tenga un proyecto educativo muy distinto. Otra cosa, los colegios que pasaron a ser gratuitos, significan una competencia adicional para los municipales.
La sala de clases sigue siendo hermética a este tipo de cambios. Muchas veces, los profesores más antiguos dicen "mira, yo he sobrevivido a tantos tipos de cambios, pero mi clase de fracciones la sigo haciendo igual que hace 30 años, no me ha cambiado nada". Habría que apoyar directamente a quienes están dentro de la sala de clases, que son el profesor, el alumno y el objetivo del aprendizaje. Pero aquí no se está afectando a ninguno de los tres, se está afectando a lo que ocurre fuera de la sala de clases.
- ¿?
- Lo que hemos visto hasta el momento es que nuevamente el foco no se está poniendo en la calidad, porque si el foco se pusiera en la calidad, un factor esencial para decidir a qué universidades se les daría el apoyo para transformarlas a gratuitas y a cuales no, serían los años de acreditación. Las reglas iniciales, que han cambiado tres o cuatro veces, tenían que ver con temas societarios o de cómo estaba constituida la organización más que con la calidad que entregaba, entonces, efectivamente uno encontraba universidades que pertenecen a determinado grupo, pero que dan peor educación, según los años de certificación, versus otras que no pertenecen a ese grupo, pero que están acreditadas por más tiempo, lo que es una señal de mayor calidad. Ahí el apoyo se le da a la que da señales de peor calidad y eso claramente nos dice que lo que está en el centro de la discusión no es la calidad, sino generar un traje a la medida de algunas universidades en particular.
Respecto a la calidad no se está apuntando directamente, respecto a partir por los alumnos más vulnerables tampoco, porque los números ya han demostrado que en las universidades fuera del Consejo de Rectores está la mayor cantidad de alumnos vulnerables.
Es fácil hacer un mal diseño de una política y después agregarle un slogan: "Esto lo hacemos por los más vulnerables, esto lo hacemos por la calidad", pero no por que eso se diga va a ser cierto.
- Este es un año económicamente complejo. Más encima, hacerlo a través de la Ley de Presupuesto no va generar la discusión democrática que se requiere. Además, discutirlo en medio de un desorden es muy raro. 

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