sábado, 8 de agosto de 2015

Muere Manuel Mamo Contreras. Ex Jefe de la Temible DINA.




Manuel Contreras: El general (r) que sumó el mayor número de condenas por violaciones a los DD.HH.Sobre el ex jefe de la DINA pesaban 526 años de presidio efectivo por delitos de secuestro, torturas, asociación ilícita y homicidio. Pasó 15 años en la cárcel. SANTIAGO.- Un total de 526 años de cárcel alcanzó a acumular el fallecido general (r) Manuel Contreras Sepúlveda por su participación en delitos de secuestro, torturas, asociación ilícita y homicidio perpetrados durante el gobierno de Augusto Pinochet. Estos corresponden a 59 condenas que se encontraban ejecutoriadas, y que el ex director de la Dirección Nacional de Inteligencia –DINA- cumplía en el penal Punta Peuco, en la comuna de Tiltil, donde pasó 15 años privado de libertad. Así, el también ex director de la Academia de Guerra lideró la lista de militares con mayor número de sentencias por violaciones a los derechos humanos, seguido por el coronel (r) Marcelo Moren Brito, quien se encuentra recluido en el mismo lugar. La primera sentencia que Contreras recibió fue la dictada en 1993 como autor intelectual del homicidio del ex canciller Orlando Letelier, ocurrido en Estados Unidos en 1978. En esa oportunidad, el ministro Adolfo Bañados lo condenó –junto al ex brigadier Pedro Espinoza- a siete años de cárcel, fallo que fue ratificado dos años después por la Corte Suprema, obligándolo a ingresar al centro penitenciario ubicado en la comuna de Tiltil. Tras completar su condena por el asesinato el ex canciller –luego de cinco años y tres meses en la cárcel, ya que se le computaron los meses que estuvo detenido en el proceso- en enero de 2001 abandonó el penal, pero pese a salir en libertad, debió permanecer con arresto domiciliario por su responsabilidad en el secuestro de David Silberman, hecho por el cual recibió una pena de 7 años en 2009. En enero de 2005 -después que el general opusiera resistencia para acudir al Palacio de Tribunales a notificarse de su condena- debió ingresar al Penal Cordillera, en Peñalolén, a cumplir la sentencia de 12 años y un día por la desaparición del mirista Miguel Ángel Sandoval. Desde entonces, no volvió a salir de la cárcel y solamente lo hacía para acudir al Hospital Militar. Manuel Contreras también fue condenado a 20 años de presidio por el crimen del ex comandante en Jefe del Ejército Carlos Prats y de su esposa Sofía Cuthbert -ocurrido en Buenos Aires en 1974- , y por las torturas perpetradas en el centro de detención ilegal Tejas Verdes. La última pena que recibió fue el pasado 30 de julio, cuando el máximo tribunal ratificó los trece años de cárcel por el homicidio de Víctor Villarroel Ganga en junio de 1974 y que forma parte de la denominada "Operación Colombo". Contreras Sepúlveda, sin embargo, no alcanzó a ser condenado por otras 46 causas que están en instancias menores y por las cuales arriesgaba otros 578 años de cárcel. La carrera del jefe de la DINA cuyo poder comenzó a quebrarse tras el asesinato de Orlando Letelier. Manuel Contreras, quien recibió instrucción en Estados Unidos, estuvo obsesionado durante su carrera con la inteligencia militar y la acción antisubversiva. La organización que comandó protagonizó graves violaciones a los derechos humanos que son investigadas judicialmente hasta hoy. 
SANTIAGO.- Corría la segunda mitad de la década de 1940 cuando el cadete Manuel Contreras mostraba su liderazgo, y también su dureza, como brigadier mayor encargado de la disciplina de los recién llegados a la Escuela Militar. A fines de la misma década otro aspirante de apenas 16 años, llamado Orlando Letelier, recorrió los mismos pasillos del centro de formación castrense, que luego abandonó para iniciar estudios de Derecho. Ninguno de los dos podía imaginar en esa época que sus nombres estarían presentes en uno los casos judiciales que marcó la historia del país, generó impacto mundial y terminó con la carrera del ex oficial del Ejército al mando de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), organismo que tuvo un rol central en uno de los períodos más oscuros de violación a los derechos humanos en Chile. Tras realizar sus estudios primarios en Santiago y Osorno, Contreras ingresó a la Escuela Militar en 1944, mientras se vivían los últimos episodios de la Segunda Guerra Mundial y la inminente derrota de Alemania y Japón. De acuerdo a testimonios de quienes fueron sus compañeros, el joven aspirante mostró dotes de liderazgo, combinadas con un carácter inflexible. Dos años más tarde, cuando actuaba como brigadier mayor, alumnos de esa época afirman que fueron objeto de tratos vejatorios aplicados por él como "castigos". En 1960 ingresó a la Academia de Guerra, donde tuvo buena relación con el joven capitán Augusto Pinochet. El contacto lo ayudaría a cimentar la carrera posterior del flamante oficial de Estado Mayor. Siete años más tarde, Contreras partió a Estados Unidos para recibir instrucción en Fort Benning, en Virginia. Eran los años en los que ardía la guerra en el Sudeste Asiático, y el oficial chileno se impregnó allí de los nuevos conceptos sobre "guerra irregular" y la acción antisubversiva. De vuelta en el país, en 1969, se integró a la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes, unidad que terminaría por comandar y que cuatro años más tarde se transformó en el embrión de la principal organización de inteligencia y represión bajo el régimen militar. El 11 de septiembre de 1973, Contreras puso en marcha un plan cuidadosamente preparado que llevó a los militares a tomar el completo control de San Antonio. Siete campos de prisioneros fueron organizados en esa zona, donde se registraron numerosos casos de tortura. No terminaban ahí los planes del entonces coronel, quien en noviembre de ese año quedó al frente de la DINA. Desde su cuartel general situado en calle Belgrado, en Vicuña Mackenna -donde hoy se encuentra la sede de la FECh-, el oficial desencadenó una extensa y brutal represión contra partidos de izquierda que dejó como saldo más de 1.000 desaparecidos, según antecedentes recopilados más tarde por el Informe Rettig y la Vicaría de la Solidaridad. El reporte de la Comisión Verdad y Reconciliación atribuye a ese organismo al menos 1.500 ejecuciones. Los cadáveres de las víctimas fueron sepultados clandestinamente o arrojados al mar desde helicópteros "Puma" del Ejército, amarrados a rieles. Las unidades bajo el mando de la DINA llevaron a cabo cientos de secuestros y mantuvieron varios centros de detención en Santiago y distintos puntos del país, donde los prisioneros eran sometidos a crueles torturas y abusos. "No voy a ir a ninguna cárcel" El principio del fin de la era de Contreras al mando de la organización represiva vino en septiembre de 1976, cuando una enorme detonación sacudió el área de Sheridan Circle, en Washington. El atentado que causó la muerte del ex canciller Letelier y su secretaria, Ronni Moffitt, fue una de las consecuencias de los contactos internacionales que el ambicioso coronel estableció en el exterior. Estos incluían organizaciones de cubanos anticastristas, grupos neofascistas de Italia -donde se cometió el grave ataque contra el dirigente DC Bernardo Leighton- y órganos de inteligencia latinoamericanos, estos últimos encuadrados en la llamada "Operación Cóndor". El doble homicidio en Washington abrió una investigación liderada por el FBI y el fiscal Eugene Propper llevó a descubrir la implicación del ex agente Michael Townley. En 1978, tras tensas jornadas señaladas por la presión estadounidense en torno al caso, Contreras debió dejar su cargo en la DINA -organismo que luego fue sustituido por la Central Nacional de Informaciones (CNI)- y salió del Ejército en abril de 1980, ascendido a brigadier general. El ahora oficial en retiro organizó empresas de seguridad y adquirió el fundo "Viejo Roble" en la zona de Fresia, en la Región de Los Lagos. Paralelamente, publicó textos en los que intentó justificar sus acciones en el clima de enfrentamiento y subversión que vivía Chile desde la década de 1970. Sin embargo, la investigación por el caso Letelier, esta vez en Chile, siguió rondando al general (R). El 12 de noviembre de 1993, el ministro Adolfo Bañados lo condenó a siete años de cárcel por el homicidio del ex canciller, sentencia confirmada en mayo de 1995 por la Cuarta Sala de la Corte Suprema. Tras mantenerse prácticamente "atrincherado" en su fundo, en medio de gran tensión política -"no voy a ir a ninguna cárcel", desafió Contreras -, finalmente fue trasladado al Hospital Naval de Talcahuano, un mes después de la decisión del máximo tribunal. Allí se le practicaron exámenes debido al cáncer que lo aquejaba. En octubre del mismo año, el ex jefe de la DINA fue recluido en el penal de Punta Peuco, construido especialmente para alojar a condenados por violaciones a los derechos humanos. La sucesión de sentencias en su contra por casos judiciales llevó más tarde a su reclusión en el penal Cordillera. La cárcel especial fue cerrado en septiembre de 2013 tras una disposición del entonces Presidente Sebastián Piñera, por lo que el ex jefe de inteligencia regresó a Punta Peuco. Allí permanecía hasta que su salud se agravó irreversiblemente en julio del presente año.

GRUPOS DE DDHH: “MANUEL CONTRERAS SE LLEVA MUCHA INFORMACIÓN CON SU MUERTE”

Mientras Lorena Pizarro, presidenta de la AFDD, lo califica como “el ejemplo de la impunidad ideológica”; Alicia Lira, dirigenta máxima de la AFEP, lamenta que no haya sido degradado antes de su fallecimiento. Apenas se supo de la muerte de Manuel Contreras, surgieron las primeras reacciones de las agrupaciones de Derechos Humanos. Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), manifestó a radio Cooperativa que tras saber la información “se nos vienen muchos sentimientos encontrados”.
La dirigente calificó al ex jefe de la DINA como “el ejemplo de la impunidad ideológica” y lamentó los últimos privilegios que tuvo, ya que “murió en el Hospital Militar, no en la penitenciaría”. A su vez, Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), declaró a la misma emisora que Contreras “fue el símbolo más siniestro de la cultura de la muerte”. De todas maneras, aseguró que “lamentamos que Manuel Contreras se lleve mucha información con su muerte”. Sin embargo, espera que con su fallecimiento “se cierre Punta Peuco y se degrade a los condenados por DDHH. No se quiso degradar a Manuel Conteras aún cuando se sabía que estaba en sus últimos días”.
LAS ESPELUZNANTES FRASES QUE DEFINIERON A MANUEL CONTRERAS
El ex militar que defendió hasta el final jamás haber vulnerado los derechos humanos de nadie, fue fiel comparsa de un estilo arrogante y humor cáustico con su superior directo Augusto Pinochet. Estas fueron algunas de sus declaraciones públicas.
Abandonado por la clase política, militar y civil, el general Manuel Contreras Sepúlveda agitaba las aguas cada vez que podía dictando alguna entrevista donde destacaba su total falta de desparpajo, pero un medido filtro en el que reconocía haber participado en una guerra asimétrica, pero jamás haber vulnerado los derechos humanos de nadie.
►LA CADENA DE MANDO

No conocí la violación a los Derechos Humanos en todo el régimen militar. He dicho siempre la verdad. El que quiera me cree. Yo nunca he mentido.
Jamás mandé a matar a alguien jamás. No he dado nunca una orden de matar. En el Ejército de Chile no se dan órdenes de matar
Nosotros no matamos a nadie que no fueran terroristas cuando se enfrentaron a nosotros
Yo nunca di órdenes de hacer desaparecer a nadie (...) Nunca me han probado nada. Vean los procesos. No me han probado nada. Les puedo mostrar los procesos. ¿Dónde dice que me probaron algo? ¿Qué testigo dice que estuve presente?
A mí no me gustaría que me torturaran, por eso no me gusta la tortura
No me pregunten a mí por cuerpos arrojados al mar. Yo no tenía bote, ni buque, ni helicóptero, no lancé a ninguno, nunca.
Yo no mandé a matar al general Prats. A él lo mató la CIA.
►LA CLASE POLÍTICA

(Cuando Patricio Aylwin pidió perdón por las violaciones a los DDHH cometidos en dictadura) Yo creo que el presidente Aylwin lo hizo por las violaciones a derechos humanos de los tiempos de su amigo Frei. De ahí en adelante.
Eduardo Frei en algún tiempo fue mi amigo, pero los amigos de antaño son iguales que los fusiles sin municion... no van a la guerra
Jaime Guzmán fue un hombre que no estaba dentro de las ideas que yo tenía
En este momento no le tengo respeto ni aprecio a ningún político
Desde 1978 el único político que me ha ido a ver es Jorge Ulloa, que es mi amigo
►LA OPERACIÓN CÓNDOR

Tuve relaciones con 40 servicios de inteligencia de todo el mundo, ¡hasta la KGB!. Nos reuníamos permanentemente en Brasil y eran trabajos voluntarios
Que se mató gente en el Plan Cóndor es otra falsedad del tamaño de un acorazado.
No existió ninguna Operación Cóndor, sí existió un Plan de Coordinación Cóndor que es algo muy distinto. Esa fue mi idea y consistía en pasarnos la información de lo que hacían los individuos del país que correspondía a cada uno.
Yo soy militar y hay que defender la soberanía. El único país que no entró en esta coordinación fue Colombia, y mire cómo está.
►EL GENERAL PINOCHET

EL general Pinochet estaba al tanto de todo lo de la Dina. Era el jefe de la Dina.
Seguramente iré al cielo cuando me muera, pero no sé si me encontraré con Pinochet.
►VIDA Y OBRA

Yo sólo le pido perdón a Dios. Él sabe lo que yo hice y nuestra gente hizo.
Estoy orgulloso de lo que hizo la DINA.
La DINA no persiguió ideas, persiguió terroristas.
Sin duda, ¡10 veces veces volvería a crear la DINA! Fue la que permitió que le Gobier no Militar creara la base económica de Chile.
Sé que la historia va a contar que liquidamos el terrorismo, con lo cual este país quedo libre de individuos que no pueden estar actuando en un país normal
Me costó 4 años pacificar este país
Todo lo que significa tratar de ayudar a la gente justifica lo que se hizo. Porque se ayudó al pueblo de Chile.
Yo no me siento líder, sólo cumplí órdenes, y las cumplí muy bien

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