Enemigo es un testimonio vívido, real, aleccionador. Su
publicación por la Editorial José Martí hará posible que los lectores
cubanos y de otras partes del mundo sepan, de primera mano, con cuanta
saña desde la Casa Blanca y el Pentágono, el Capitolio y Langley, la
Calle C, del North West en Washington (sede del Departamento de Estado) o
de la Calle 8 de Miami, se urden planes -ayer, ahorita, en este mismo
minuto- para derrocar a la Revolución cubana y volver a sumir al
archipiélago en una situación neocolonial.
Su autor, Raúl Capote, aunque habanero, descubrió tempranamente la
vocación literaria en Cienfuegos, donde participó en el movimiento de
Talleres Literarios y fue miembro de la Asociación Hermanos Saíz. En
1996 ganó el Premio Calendario, de la AHS. Letras Cubanas publicó en
1999 su novela El Caballero Ilustrado y poco después El adversario, con la editorial puertorriqueña Plaza Mayor.
A raíz de comenzar a ser conocido en el ambiente cultural dentro y
fuera de la Isla, la inteligencia enemiga, mediante agentes radicados en
Cuba bajo el palio diplomático, inició una labor de captación.
Ignoraban, sin embargo, los irreductibles principios de Capote. Y menos
su desempeño como agente de los Órganos de la Seguridad del Estado.
Esas vivencias se narran en Enemigo. De cómo Raúl Capote se
convirtió en Daniel, combatiente de la contrainteligencia de la
Revolución, dan cuenta estas páginas, así como de los planes de la CIA
para penetrar la intelectualidad, las Universidades del país y los
sectores juveniles.
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