Ex
Jefe de Gabinete de Colin Powell pide a Obama libertad de Los Cinco
12. nov/ Larry Wilkerson es un Coronel retirado del
ejército de los Estados Unidos y jefe de gabinete de Colin Powell. Fue
voluntariamente a la guerra de Vietnam, donde voló 1100 horas de combate en helicóptero.
Tras servir a Colin Powell durante sus años finales en las fuerzas armadas,
Wilkerson le siguió a la vida civil. Está afiliado al Partido Republicano. Después
de conocer del caso de los Cinco y de familiarizarse con sus detalles, Larry
Wilkerson ha sido un defensor de su liberación. La siguiente carta, escrita al
presidente Barack Obama, expone sus reservas acerca de la justicia del juicio y
sus razones para apoyar a los Cinco.
Lea
la carta a continuación:
Presidente Barack Obama
The White House
1600 Pennsylvania Avenue NW
Washington, DC
20500
Estimado Sr. Presidente,
Es tiempo de corregir una
injusticia que está en su poder enmendar. Esta injusticia habla mayormente
sobre el sistema de justicia estadounidense, el record de Estados Unidos sobre
Derechos Humanos y más importante, la vida de cinco hombres cuya dedicación a
la seguridad de su propio país frente a ataques terroristas debe ser admirado y
respetado, no castigado. Sin duda Ud. ha
escuchado sobre estos hombres: Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labaniño
Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort y René González
Sehwerert. El mundo los conoce como “Los Cinco Cubanos”.
Dos de estos hombres están hoy
fuera de la cárcel, dos más podrían salir en libertad en un futuro lejano y uno
de ellos nunca podrá ver el amanecer de un día en libertad. He
intentado visitarlo – sin éxito – en la prisión de máxima seguridad de
Victorville, California, se trata de Gerardo Hernández.
Aunque no pude visitarlo, un
colega confiable que me acompañó, el fallecido Saúl Landau, pudo hacerlo y
me informó que Gerardo permanece más
firme y determinado que nunca pero aún sorprendido ante la falta de acción por
parte de la supuesta democracia más grande del mundo.
Los Cinco cubanos sufrieron
una terrible injusticia cuando fueron arrestados en 1998. Después de sus
arrestos permanecieron 17 meses en confinamiento solitario. El juicio se llevó
a cabo en Maimi, Florida y en el 2001 fueron sentenciados a largos años de
prisión. Mínimamente a nivel legal, el
juicio en Miami debió haber sido
cambiado a otra sede.
Los argumentos de cambio de
sede no solo eran persuasivos sino que fueron confirmados ampliamente cuando
tres jueces de la Corte de Apelaciones de Atlanta, votaron a favor de un cambio
de sede. Más tarde, sin embargo, esta
decisión fue revertida cuando el poder político de la administración de Bush –
una administración en la que he servido – obligó al pleno de la corte a
reconsiderar la decisión del panel de
tres jueces y votar diferente, ratificando la sentencia de dos de ellos
y enviando el caso de los otros tres a la corte para ser re-sentenciados. La
corte reconoció que estaban mal aplicadas las guías de sentencia y redujo
brevemente sus condenas.
Pero hay más, mucho más. De hecho, en la actualidad existen
indiscutibles pruebas de que los Cinco no eran culpables de los cargos
presentados contra ellos en primer lugar. La política que rodeó al juicio
estaba en manos de la línea dura de sectores cubano-americanos en la Florida
así como en el Congreso de Estados Unidos. Sin sus flagrantes interferencias en
el curso de la justicia, el juicio nunca hubiera tenido lugar. Por otra parte,
el gobierno invirtió miles de dólares de los contribuyentes para pagarle a
periodistas en Miami para que escribieran artículos condenatorios, para
influenciar al jurado y predisponer a la opinión pública a un veredicto de
culpabilidad.
Este juicio fue un pago
político a los cubanos-americanos intransigentes, y cada persona en los Estados
Unidos y en todo el mundo que presta atención a este caso lo sabe. De hecho,
usted también lo sabe, señor Presidente. Este juicio es una mancha en la
estructura misma de la democracia de los Estados Unidos. Este juicio envía una
señal clara a todo el mundo – que nos juzga no como nosotros nos juzgamos, sino
por nuestros actos.
Usted, señor Presidente, no
puede borrar esta mancha; ha pasado mucho tiempo y muchos años han sido robados
de las vidas de estos hombres. Pero
usted puede mitigarla, puede hacerla menos dolorosa. Y en última instancia, usted puede limpiar la
reputación de nuestro sistema de justicia, y en el caso de Gerardo y los otros
dos hombres todavía en prisión, puede concederles su libertad.
El Grupo de Trabajo sobre
Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas, en mayo de 2005, declaró que el
encarcelamiento de los Cinco cubanos es una violación del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, poniendo a Estados Unidos junto a algunos de
los países más atroces en la tierra. El
grupo de trabajo pidió que Estados Unidos tome medidas para remediar la
situación. Usted, señor Presidente,
puede hacerlo.
Señor Presidente, usted dijo
que “tenemos que mirar hacia adelante en vez de mirar hacia atrás”. Pero en ciertos casos, eso es incorrecto y
usted lo sabe. ¿Quiere que no miremos a
nuestra guerra Civil? ¿A los estragos de
la esclavitud que la condujo? ¿A la
esclavitud económica de un siglo que siguió a la guerra? ¿Al racismo de nuestro pasado – un racismo
que aún nos azota hoy? No lo creo. Y usted no debe negar la necesidad de mirar
hacia atrás, revisar y revertir la burla de este juicio.
Tome acción, señor
Presidente. Deje en libertad
inmediatamente a los tres restantes miembros encarcelados de los Cinco
cubanos. Admita públicamente la
flagrante injusticia hecha a todos ellos y elabore las razones. Pida disculpas al pueblo cubano y a nuestros
ciudadanos y, sobre todo, a los Cinco cubanos y sus familias. Escucha a “los mejores ángeles de nuestra
naturaleza” y ponga a los Estados Unidos
de vuelta del lado de la justicia.
Respetuosamente,
Lawrence B. Wilkerson
Ejército de los EE.UU
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