La historia de Julio
César Mondragón,
estudiante asesinado de
Ayotzinapa
OPINIÓN
Y ANÁLISIS2 octubre, 2014
Encontré esta historia
de Julio César Mondragón, el compañero de Ayotzinapa que fue desollado. Pongo
la foto, no para el morbo, sino para que tengamos presente que vivimos en el
horror y para que lo sintamos en nuestras vísceras, para que este rostro sin rostro,
desde esa imagen de horror, reciba una respuesta de nuestra parte.
En
vida se llamaba Julio César Mondragón, estudiante de la Escuela Normal Rural
“Raúl Isidro Burgos”, cursaba el primer año de su Carrera Profesional y era
originario del Distrito Federal. Era un joven con muchas ganas de estudiar,
pero por la falta de recursos económicos de su familia dudo en hacerlo, en su
búsqueda de escuelas donde no tuviera que gastar mucho se entero que aquí en
Guerrero había una escuela con modalidad de internado en donde no tendría que
pagar renta, ni alimentos, y solo gastaría en algunos materiales educativos.
Cuando
se enteró de esto no lo dudo más, y emprendió su camino, salió de la Ciudad de
México preguntando donde se encontraba la tierra del Ilustre Vicente Guerrero,
es decir, buscaba Tixtla, municipio donde se encuentra Ayotzinapa. Luego
de requisitar y aprobar el examen de admisión el día 18 de agosto se presentó a
la institución en donde pronto hizo amistad con todos sus compañeros que son de
distintas partes del país, pues Ayotzinapa permítanme decirles que ALBERGA a
estudiantes de Guerrero pero ademas les brinda oportunidad a jóvenes de estados
colindantes.
Luego
entonces todo marchaba en orden, hasta que un día sus compañeros le informaron
a todos que tenían que ir a la marcha histórica del 2 de Octubre en el DF, una
marcha en donde se recuerda la matanza de estudiantes que se manifestaban en ese
entonces, claro que para ir tenían que buscar las condiciones para ello, por
eso optaron por salir a todo el estado a botear (pedir cooperación), al grupo
del “Chilango”, que era como le decían sus compañeros por ser originario del D.
F.
Decidió
ir a Iguala a recabar recursos. Su mala suerte fue que ese día daba su informe
la esposa del Presidente Municipal y Presidenta del DIF, y ese evento los
resguardaban, policías federales, estatales y municipales, ademas eran apoyados
por la delincuencia organizada. Luego
entonces estas corporaciones, al ver la llegada de esta caravana de vehículos
procedentes de Ayotzinapa, persiguieron a los camiones por toda la ciudad,
hasta que en una calle lograron cerrar el paso. Ante
eso un estudiante se bajó de camión para solicitarle el libre transito, pues no
entendían el por qué del acoso. Se abrió la puerta del camión el estudiante
temeroso bajo y disimuladamente vio su reloj, apuntaba las 8:00 de la noche,
después de dar 5 pasos más y dirigirse a la patrulla municipal, se oyeron
disparos certeros que dieron a la cabeza de estudiante.
Cayó
muerto al instante, sus compañeros al ver lo que sucedió y sentir las balas
encima, salieron des autobús huyendo de la masacre, entre ellos el “Chilango”
que salió junto con un compañero pero las balas de los cuernos de chivo eran más
veloces que su pies. A unos cuantos
metros cayó al piso y sus compañeros vieron cómo lo subieron a una patrulla
Municipal. En un inicio pensaron que lo llevarían a un hospital o ya lo peor
detenido, pero nunca pensaron lo inimaginable. Horas mas tarde fue encontrado
su cuerpo sin vida y desollado (le quitaron la piel del rostro). Aquí
terminaron las ilusiones de este joven que salió de D. F. y aquí en Guerrero
encontró su muerte…”.
*Esta
historia la retomamos del blog de Elia Casillas
No hay comentarios:
Publicar un comentario